Conflicto por UPM: el turismo en estado de alerta
Miércoles, 02 Octubre 2013 09:11

Conflicto por UPM: el turismo en estado de alerta
Los conflictos o diferencias que han enfrentado a los gobiernos de nuestro país y Argentina, tienen una cosa en común: más o menos ríspidos, siempre impactan al turismo.
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por  Ricardo Montenegro, desde Colonia del Sacramento

Quizá sea este el nuevo estado de vivir las cosas que pasan, que de realidad, van adquiriendo el estatus de “sensación”, de acuerdo al bombardeo mediático. O por ahí no es así y uno tiene presente estos desencuentros cuando afectan a la inversión en el país, e indisolublemente ligado a ella, al turismo.

Nos dejó grogui el corralito argentino que nos invadió más rápido que la aftosa y llevó más tiempo de recuperación al sector turístico que al agro. Cómo no recordar el cierre de los puentes al grito de ¡Botnia no! (ahora UPM), que bajó el ingreso de argentinos, espantados por la presión, a su vez avivada por las arengas del gobierno vecino. Más cerca, la firma de tratados que parecen de una sola mano y por el que jueces argentinos mandan a funcionarios uruguayos como a lacayos de película.

Y habrá más, pero lo cierto que es a cada presión argentina, hay un desinfle en el turismo y eso preocupa a los empresarios.

Claro que nosotros no hicimos todo bien o bien del todo; se encarecen los costos internos, suben combustibles, se promueve más o menos y el autobombo hace ver como exitosa la participación en cualquier feria de turismo, alguna de las cuales parecen un encuentro de uruguayos en el exterior. Ni hablar del asesinato de PLUNA, con matadores confesos, aunque impunes.

El Río de la Plata es como una calle que nos limita pero no nos separa; en esta pelea callejera, el grandote utiliza –salvo las de fuego- todas las armas a su alcance y ya nos tiene bastante golpeados, “como caballo de indio” (mi amigo Cacho dixit).

En ese escenario, fuimos a la pelea más con “chamuyo” que con dialéctica, eufemismos, filosofía de milonga y sempiterno “dejá que yo lo arreglo”.

Una urgencia como esta ameritaba la seriedad de gestiones dirigidas a concretar un encuentro al más alto nivel, directamente, sin camuflarse como invitado al acto de bautismo de un nuevo barco de Buquebús.

No espero nada de este encuentro y tengo dudas de cualquier cosa que le siga. Ojala me equivoque.

Eso sí, si tuviera que apostar a ganador, voy por el empresario naviero.

Portal de América

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