Avestruces entre nosotros
Lunes, 26 Agosto 2013 00:01

Avestruces entre nosotros
Es indiscutible, hay perros que se parecen a sus dueños. Para los que se acuerden de la película de dibujos animados del estudio Disney “Los 101 dálmatas”, hay una escena muy graciosa en la que se puede observar a los amos paseando a sus perros por las calles de la ciudad, totalmente mimetizados el uno con el otro.
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por Florencia Sáder, desde Punta del Este


Los seres humanos compartimos muchas características con los animales. Y a veces están son las mejores características de algunos personajes que conocemos.

Hay un animal que tiene una particularidad, que a veces encontramos en el mundo del homo sapiens. Es un gran pájaro que no vuela y no, no es el popular pingüino, ni la esperada cigüeña.

Es el viejo y querido avestruz.

El avestruz o su pariente cercano, el ñandú -ese que que corre libre por nuestros campos mostrándonos su bombachudo blanco de plumas- es conocido por una característica que siempre me llamó poderosamente la atención: se dice que el avestruz esconde la cabeza en un hoyo en la tierra cuando se siente amenazado.

Haciendo un poco de investigación por internet me enteré que esto no es tan así.

Parece que el avestruz cuando siente que hay peligro esconde la cabeza entre sus patas, a ras del piso, pero no la hunde en un hoyo en la tierra como dice la leyenda popular.

Este detalle no es en realidad tan importante, ya que a efectos de ilustrar lo que vengo sosteniendo, poco importa el verdadero comportamiento de este pajarón.

Lo que sí me importa y mucho, es esa tendencia que observo entre algunos humanos de esquivar el bulto, de no hacerse cargo de las cosas.

Esos avestruces con nombre y apellido que ante los problemas que ellos mismos provocan no tienen mejor idea que cavar un hoyo bien hondo, y como el pajarraco de la leyenda, meter la cabeza bien adentro dejando al resto de nosotros para lidiar con el lío que ellos mismos originaron.

¡Cuidado con los avestruces humanos! Por suerte no hay demasiados sueltos, pero uno sólo de estos especímenes en la vuelta alcanza para provocar un verdadero desastre.

Portal de América

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