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Drones volando en Uruguay
Domingo, 09 Noviembre 2014 12:28

Drones volando en Uruguay
En varias oportunidades hemos abordado el tema de los drones, sus aplicaciones, tecnología y diversas formas de uso.  Este mes fue publicada la resolución 291/014 de la DINACIA que apunta a crear un marco legal para regular la actividad de estas aeronaves no tripuladas en el Uruguay, que hasta el momento no estaba contemplada. 

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por Lic. Alejandro Spera - @alejandrospera

La nueva reglamentación realiza una distinción de las aeronaves según su peso: menores (de hasta 25 kg), medianas (25 kg a 260 kg) y mayores, que pueden formar parte de un Sistema de Aeronave Pilotada a Distancia (RPAS).  En todos los casos se prohibe el vuelo sobre áreas restringidas, pobladas o concentraciones de personas, salvo autorización expresa de la Autoridad Aeronáutica.  Tampoco se permite volar en zonas de tráfico de aeropuertos o aeródromos ni superando los 120m AGL (above ground level).  Los drones deben contar con un Seguro de Responsabilidad Civil o Seguro Aeronáutico, en caso de utilizarse para actividades remuneradas. 

Los usuarios de drones menores a 25kg no requieren registro ante la Autoridad Aeronáutica.  Tampoco será necesario obtener un Permiso o Licencia de Vuelo.  En ningún caso podrán superar los 120m AGL y se deberá volar el equipo en condición visual y en línea directa de vista.

Aquellos aficionados dedicados al deporte o a la recreación con drones medianos deberán inscribirse en un registro técnico que llevará adelante la Dirección de Seguridad Operacional y se les asignará un número que deberá lucir visible el dron en su superficie.  Si bien no será requerimiento una Licencia Aeronáutica, la Autoridad Aeronáutica otorgará un “Permiso de Operador de Dispositivo Aéreo Operado a Distancia” a partir de la aprobación de un examen teórico-práctico que demuestre conocimientos básicos de las reglamentaciones aeronáuticas, pericia de vuelo y resolución de conflictos asociados a situaciones de emergencia.

Hasta tanto se establezca la reglamentación definitiva y los procesos de certificación correspondientes, la Dirección de Seguridad Operacional determinará para cada caso concreto de aeronave no tripulada, las condiciones específicas de operación que garanticen niveles aceptables de Seguridad Operacional.

Mientras tanto -en el mundo desarrollado- China está en pleno desarrollo de un sistema láser anti-dron capaz de derribar estas aeronaves de pequeña dimensión volando debajo de los 500 metros de altura en un radio de 2 kilómetros.  Esta nueva tecnología podrá eliminar un objeto volador en apenas 5 segundos luego de acoplada y bloqueada la mira.  Según los primeros tests, tuvo un 100% de efectividad en 30 pruebas realizadas con drones. 

El Programa anti-dron está orientado a combatir los usos inapropiados relacionados a la seguridad pública o como espía de instalaciones militares por parte de terroristas. Ya hay registros de este tipo de prácticas; recientemente la compañía nuclear francesa EDF condujo una investigación de posibles drones que volaron sobre 7 de sus reactores, abriendo sospechas de posibles interferencias en sus operaciones que podrían poner en riesgo la seguridad de millones de personas. 
Por su parte, el fabricante de aviones Boeing está desarrollando una tecnología de similares características a través de la construcción de un cañón láser capaz de funcionar como una poderosa arma de altísima precisión, tanto en tierra como en mar.  Aunque parece algo de ciencia ficción, los láser de alta energía se transformarán en las nuevas armas del milenio.  En este link les presentamos un video en Inglés con la demostración de dicha tecnología.

Es por ello que ante el uso indiscriminado de los drones y aeronaves no tripuladas se presenta un dilema: mientras se integra un soporte legal junto a las herramientas de control y penalización para el caso de desviaciones, existe la posibilidad del desarrollo de prácticas de mala fé, especialmente aquellas adoptadas rápidamente por grupos terroristas.  En este sentido, el mismo avance tecnológico se presenta capaz de regular y combatir estas malas prácticas, mientras la fase legal transita rumbos burocráticos y de lenta adopción e implementación.  Lo más importante, es que nuestro país no se queda atás y ya posee una regulación que contempla estos nuevos usos del espacio aéreo junto a la mirada profesional de la Autoridad Aeronáutica.

Portal de América

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