"El lunes 24 de abril, apenas llegado a Montevideo tengo un accidente con el resultado de una doble fractura de pelvis, obligándome a una cierta inmovilidad y reposo por un largo período, haciendo necesario un retorno inmediato a mi casa de la forma más adecuada posible. Al momento del accidente, le entrego a mi amigo Pablo Lamaison, que me acompañaba, la primera página de la póliza, que siempre llevo impresa en el bolsillo para tener a mano los datos y teléfonos de contacto, pidiéndole que reportara a la aseguradora. Cuando viajo fuera de la Unión Europea, donde no tengo Roaming Automático, tengo siempre saldo en mi SKIPE y agendados mis teléfonos de emergencia, (sería bueno que las empresas europeas tuvieran teléfonos locales fuera de la UE para casos de emergencia). Mi amigo Pablo dio la alarma y Mapfre puso en marcha un operativo fantástico. La emergencia móvil del hotel donde me encontraba manifestó que ellos me llevaban al Hospital Británico. Mapfre da su visto bueno al instante y abre una línea de crédito para con el hospital, de 500 dólares, para el ingreso al mismo. A mi llegada, el hospital informa que debido a mi situación se debía ampliar el crédito, pues debía someterme a radiografías y a un TAC. De inmediato Mapfre amplía el crédito. Durante mi estadía en el Hospital Británico, donde me atendieron de maravilla con gran profesionalidad, al mismo nivel que estamos acostumbrados en Madrid, pero con ese calor humano típico de los uruguayos, no dejaron desde Mapfre de comunicarse por teléfono y por e mail, preguntando por la situación y dándonos ánimo. Estabilizado y con instrucciones sobre mi tratamiento me trasladé a Punta del Este al Hotel Remanso donde como siempre me trataron fantásticamente bien sintiéndome en casa, a esperar instrucciones sobre mi retorno. Me solicitaron desde Mapfre varias informaciones y mi consentimiento en algunas cuestiones para el traslado, en base a algunas condiciones, que acepté sin reparos", comienza diciendónos Ramón cuando le pedimos detalles de lo ocurrido.

El miércoles 26, estando en continuo contacto vía Whatsapp, coordinamos de vernos el viernes en el Hotel Remanso de Punta del Este. A los pocos minutos, nos manda un nuevo mensaje diciéndonos que desde Mapfre le consultaron si quería viajar de retorno a Madrid el día siguiente, jueves 27, lo cual Ramón acepta de inmediato, Veamos entonces las condiciones del retorno que le hacen saber desde la filial uruguaya de la aseguradora:

Buenos días estimado.
Nos ponemos en contacto con usted para saber como se encuentra y para informarle que nuestros doctores, ya han revisado toda la información y nos han indicado la siguientes condiciones de traslado:
-             AVLR (avión de línea regular) BUSINESS
-             TAXI TIPO VAN DESDE Y HASTA AEROPUERTOS ( Ó AMBULANCIA)
-             SILLA DE RUEDAS EN LOS AEROPUERTOS
-             HBPM ANTES DEL VUELO (heparina)
-             ESCOLTA DE TÉCNICO
-             DESTINO HOSPITAL DEL AEREA CON SERVICIO DE TRAUMATOLOGIA
Necesitamos que nos indique que está de acuerdo con dichas condiciones para poder seguir con los trámites.
Quedamos atentos.

Más tarde, un nuevo mensaje de Mapfre le anunciaba que recibiría una nueva visita médica para recetarle el anticuagulante que debería administrarse antes del vuelo.

Entonces Ramón agrega:

"En el Aeropuerto Carrasco una enfermera llegada desde Madrid me esperaba,  me acompañó hasta la guardia de mi hospital en Madrid el Quirón Ruber Juan Bravo 49, ya casi en casa. Durante las casi 12 horas de vuelo estuvo pendiente de mi estado, lo mismo que la tripulación de Iberia unos profesionales fantásticos, lo único discordante en todo este operativo perfecto fue el lamentable servicio de traslado de sillas de rueda en la T4S donde junto a una veintena de pasajeros con nuestras mismas necesidades tardaron 3 horas en llevarnos desde el avión hasta el transporte de la calle, en varias injustificadas etapas, donde nos abandonaban y luego aparecían otros que tomaban la posta, sin embargo la dedicación y el talante de estos funcionarios de las sillas de rueda fue fantástico, el problema es la empresa prestataria, “contrata” de AENA, el problema es AENA, pero ya les contaré los detalles más adelante. Para resumir, puedo decir que un triste y doloroso episodio de mi vida puede sobrellevarlo espiritual y económicamente por haber contratado un seguro de viaje y haberlo contratado con Mapfre. Mi saludo, agradecimiento y afecto a Jose Igancio Ferreras, Carolina Prieto, Raquel López, Mariano Pérez, Isabel Alfaro y Delfin Llorente y a todo el resto de personajes anónimos de Mapfre, al Hospital Británico, al Hotel Remanso, a la tripulación del Iberia 6012 MVD-MAD del 28/04/2023, al conductor del taxi desde Punta del Este a Carrasco que confió en mí, pese a la guarangada de su patrón, y al personal de la ambulancia del Cardiomovil de Punta del Este. Es muy duro tener un accidente a 10.000 kilómetros de tu casa, pero si has contratado un seguro de viaje en una empresa líder, no te sentirás sólo y podrás volver sano y salvo, y podrás afrontar los enormes costos económicos y espirituales de un accidente en mi caso, gracias Mapfre".

"Del Victoria Plaza al Hotel Carrasco, del Radisson al Sofitel"

Ese es el título del nuevo libro de Ramón de Isequilla Real de Azúa, que está en proceso y como remate de este artículo, compartiremos pasajes del Capítulo 1 que ya está escrito.

El porqué de estos dos emblemáticos hoteles

El Victoria Plaza es inaugurado a fines de 1952, obra de los arquitectos argentinos Sánchez Elía, Peralta Ramos, Agostini. Hotel relacionado con la familia Dodero, grupo empresarial al cual habían pertenecido mi padre como Capitán de Armamento, y mi madre como secretaria personal de Alberto Dodero hasta poco tiempo antes de su fallecimiento en 1951.

El 23 de abril de 1953 con 14 meses de edad, en mi primer viaje de avión, específicamente un hidroavión Short S.25 Sandringham, de Aerolíneas Argentinas, llego a Montevideo por primera vez, alojándonos por unos días en el Victoria Plaza, mientras mis padres preparaban un apartamento en la calle Mercedes, justo detrás de la Plaza Independencia, iniciando una residencia en Montevideo que duró dos años.

En esos días, de fines de abril de 1953, hace exactamente 70 años, según contaba mi madre di mis primeros pasos en el Victoria Plaza, “aprendí a caminar en un hotel”, y quizás esa circunstancia estableció en mi una extraña relación con los hoteles, tanto como pasajero o como conductor de estos, que relataré en los próximos capítulos.

El Hotel Carrasco se inaugura en 1921, en un Carrasco lleno de médanos, con pocas calles, conectado con los barrios más urbanizados de la época por dos tranvías a caballo, el “Tito” y “El Ventarrón”, donde mi abuelo Mario Real de Azúa Muñoz, acababa de construir su casa frente a la de su querido amigo Alberto Areco en Potosí y Cremona.

La fiesta de inauguración, que fue uno de los eventos sociales del año, contó con la presencia de mis abuelos y la indignación de mi madre, por no haber sido invitada por sólo tener 10 años de edad.
 
Junto a los niños y jóvenes del barrio, acompañados de sus niñeras, vieron tras los ventanales de la gran terraza, lo ocurrido en la fiesta.

El Hotel Carrasco socialmente, para la burguesía rioplatense fue el antecedente de Punta del Este, acompañando a su clientela con espectáculos y fiestas memorables actuando Xavier Cugat, Abbe Lane y Cab Calloway por ejemplo, y con huéspedes memorables como Albert Einstein y Federico García Lorca. Su historia no eludió decadencia, cierre, abandono, despojo y resurgimiento de mano de una cadena internacional.

Hoy sus nombres originales ocupan un segundo plano, habiendo incluso una generación que los ignora y, sus nuevas denominaciones son Radisson y Sofitel.

Pienso que estas pautas son suficientes para que empecéis a comprender por qué este libro se titula “Del Victoria Plaza al Hotel Carrasco, del Radisson al Sofitel”.

El 23 de abril de 1953 embarcaba en Buenos Aires en Aerolíneas Argentinas en un Sandringham, con destino al Hotel Victoria Plaza de Montevideo, para empezar al día siguiente a aprender a caminar y, el 23 de abril de 2023, justo 70 años después, embarcaba en Madrid en Iberia en un Airbus 330-200 rumbo al Hotel Carrasco dónde al día siguiente producto de un accidente dejaría de caminar.

La magia de los acontecimientos no es ni buena ni mala, es lo que es, un designio de Dios, lo cual debemos aceptar, pero de lo que si estoy seguro que, la magia, de las fechas, los lugares y las personas siempre me ha acompañado y condicionado mi vida, siendo esta imagen una síntesis del final de esta historia.

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