La entrevista tocó el tema conectividad aérea, preguntándose cuando se retornará al nivel pre pandemia, y qué ocurre con los radares, que fueron motivo de preocupación hace unas semanas. Antes de finalizar, tocó el tema del ILS, y se basó en una columna de nuestro Director, Sergio Antonio Herrera.
Lo primero que se plantea, es que el Aeropuerto de Carrasco, aún en el peor momento de la pandemia, nunca estuvo totalmente parado, pues había vuelos "humanitarios" y de carga. En el 2020 la actividad de transporte de pasajeros estuvo reducida en un 90% a nivel general, con períodos puntuales en que se redujo un 99%. Esto impactó no sólo en la empresa concesionaria del aeropuerto, sino también en todas las empresas que desarrollan su actividad vinculada al mismo. A pesar de ello, el aeropuerto logró mantener un funcionamiento mínimo, manteniendo altos los niveles de seguridad operacional.
Actualmente el número de pasajeros es un 30% respecto al que había antes de la pandemia. Dado las circunstancias en las que se viaja, se trata de que la experiencia del pasajero sea la mejor posible. Hay que señalar que la industria aeronáutica tiene una lógica de programación de vuelos de muchos meses. Son 7 las compañías que actualmente están operando. Ante la pregunta específica de cuándo se espera llegar al movimiento que existía en el 2019, el entrevistado mencionó el 2024.
Ahora se están preparando para la segunda quincena de noviembre, en la que las tres finales de campeonatos van a atraer mucha gente. Para ese mes está anunciada la vuelta de la operativa de Gol y de Azul, las dos aerolíneas brasileñas, pero seguramente se agreguen muchos charters y aviación privada.
El turismo va a cambiar, y van a pasar algunos meses para conocer y entender cuál va a ser la nueva dinámica, y cómo se van a comportar los distintos segmentos de viajeros. Lo que llegó para quedarse son los terminales de autoservicio para el trámite migratorio, que pueden ser utilizados mediante los documentos que tienen chip, pasaporte y cédula en caso de Uruguay. El mayor uso de tecnología redunda en menor tiempo de espera y mayor satisfacción del pasajero.
Al hablar de los problemas con los radares, Cotelo señaló que los mismos dependen del organismo oficial (DINACIA), por lo que la empresa no tiene injerencia. Está por verse qué pasará cuando se intensifique el movimiento de aviones. Pero además, Cotelo especificó que hay algo que no ha estado en boca del público y es el sistema de aterrizaje, y al hacerlo mencionó la columna de Sergio Antonio Herrera "Mensaje urgente a Torre Ejecutiva: la aviación civil en Uruguay no puede seguir "atada con alambre".
En el copete de la misma se lee "Normalmente lo peor de las condiciones climáticas adversas para la operación aérea en el Aeropuerto Internacional de Carrasco se da a fines de otoño y durante el invierno. El desvío de vuelos a aeropuertos alternativos se reitera sin solución de continuidad muchas veces y ello provoca un daño enorme a nuestro destino. Malestar de los pasajeros que no llegan a tiempo al destino elegido, malestar de los operadores aéreos por el estrés pero fundamentalmente por la afectación de sus recursos (vencimiento continuo de tripulaciones y demoras excesivas en el "turnaround", máxime cuando aún no están las flotas a full operando) por ejemplo. También demora excesiva en reclamos, demandas, pérdidas de conexiones, situaciones límite de algunos clientes que en algún caso deben pasar días a la intemperie, sin recursos para aguardar conexiones alojándose en un hotel y muchas otras derivaciones. Pero en los últimos días, ya en setiembre, se han reiterado este tipo de dificultades generando caos en derredor del aterrizaje y partida desde nuestra principal terminal aérea. "
Luego Cotelo se refiere (con sus palabras) que "La solución prácticamente ideal para terminar con los reiterados cierres de operaciones en Carrasco por clima adverso, se llama ILS de Categoría 3."
El entrevistado refrendó tanto el problema como la solución, ninguna de las cuales dependen de la empresa.
Portal de América