Eso sí, el pago del aval quedó atado a tecnicismos legales, aceptados increíblemente por el BROU, que determinaban que el naviero dejaría de pagar si se declaraba la inconstitucionalidad de la ley 18.931, que creó el fideicomiso por la liquidación de los activos de Pluna, especialmente la flota de aviones.
Es posible que el banco, con un criterio además de técnico, notoriamente político, porque en ese entonces el escándalo no paraba de dar detalles bochornosos sobre lo ocurrido, haya aceptado tal condicionamiento en la forma de pago, situación inédita en el mundo de las finanzas, según especialistas consultados.
Y bien, luego que la Suprema Corte de Justicia, dispusiera la inconstitucionalidad de la referida disposición legal, López Mena dejó de pagar y a partir de allí es en la Justicia donde se ventila la situación, donde el BROU puja para que quede firme el convenio de pago, a sabiendas que si pierde el juicio quedará en sus arcas un tremendo buraco de 13.700.000 dólares y, por otro lado, el empresario quiere dejar de pagar el aval, lo que viene insistiendo para que en los tribunales ocurra, con suerte variada, ya que la Suprema Corte de Justicia, ya rechazó su demanda para que no se le aplique la norma declarada inconstitucional.
Lo llamativo surge del expediente judicial que enfrenta a López Mena con el BROU, por la resolución del convenio de pago, es que luego que aquél dejó de pagar las cuotas del aval por sostener que el negocio cayó y el banco tenía las manos libres para cobrar ejecutivamente su crédito, nuevamente acordaran una extensión del plazo de pago de la obligación y volviera a incluirse tal tecnicismo condicional que le permitía sacar la pata del lazo al empresario. Y ello fue precisamente lo que ocurrió: López Mena, con más plazo para pagar, empezó a abonar las cuotas y, asimismo, emprendió el juicio contra el banco.
Es insólito que el BROU, que siempre sostuvo que la condición para dejar de pagar no se verificó, aceptara renegociar los términos cuando dejó de percibir las cuotas, en vez de cobrar la cuenta, como pasa con cualquier otro deudor, y diera mayor plazo para el pago, aceptando nuevamente que el convenio quedase condicionado respecto a su vigencia (increible!!!), dejando a López Mena, de nuevo, la puerta abierta de par en par para reclamar, lo que hasta ahora fue un auto martillazo en la cabeza del banco, ya que, en dos instancias, la justicia amparó, parcialmente, el reclamo del dueño de Buquebus.
Pudimos comprobar que se interpuso recurso de casación contra la sentencia del Tribunal de Apelaciones de Primer turno, que acogió el planteo de López Mena, por lo que será la Suprema Corte de Justicia, la que dirima en definitiva, en los próximos meses, sobre el oscuro negocio del aval para participar en la subasta de los aviones, y sea cual sea el fallo asegura que se abrirán nuevas puertas en distintos ámbitos.
¿Algún día veremos desfilar por los juzgados como indagados, a quienes realmente deberían hacerlo?.
"Como te digo una cosa te digo la otra: ¿sabés que respeto se siente cuando entrás a un banco con una 45?".
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Portal de América - por Sergio Antonio Herrera