por Guillermo Villarreal

Los guardavidas lo notan en la decisión de los bañistas, “que se meten al mar sin pensarlo y varias veces en el día”, explica Daniel Mestralet, guardavidas a cargo del operativo de seguridad en las playas.


El dato, en concreto, lo ofrece el Servicio de Hidrografía Naval, que a partir de la lectura de mapas satelitales revela las variables de un año a otro. Los registros son de las últimas dos décadas y revelan que la temperatura máxima fue de 22.1 grados, ocurrió en 2007, entre las últimas semanas de enero y la primera de febrero, en general el período más cálido. Este año, en ese mismo período, el mar alcanzó los 22 grados, apenas una décima por debajo del promedio histórico.

Además, un estudio que encargó la municipalidad en los últimos días dio a conocer que el nivel de bacterias en el agua alcanzó los niveles históricos más bajos. La consecuencia: el mar está limpio como nunca antes (ver “El gran...”).  “No es un año atípico, es decir que no hay anomalías, pero la temperatura está uno o dos grados más alta de lo normal”, explicó a Clarín el licenciado Alberto Piola, del Servicio de Hidrografía Naval. Investigador del Conicet, Piola lee los mapas satelitales y explica la razón del benévolo estado del mar.

“Ha predominado un viento débil del noreste que trae agua cálida a la zona de Mar del Plata. Son corrientes de la región del Río de la Plata, que en ocasiones puede venir acompañada de sedimentos del río, algo que no se nota a simple vista mucho menos con la arena en suspensión de la rompiente".

A diferencia de otros años, esta vez no ha habido quejas de los turistas, que otras veces indagaban a los guardavidas por el frío del mar. El fenómeno conocido como “surgencia” es el que provoca que se enfríe el agua en la superficie. Ocurrió en 2008, también en 2012. Entonces la temperatura llegó a estar entre 17 y 19 grados. Y podría volver a darse si el mismo viento que sopla en estos días cobrara mayor intensidad. “Cuando sopla viento paralelo a la costa durante muchos días y de acuerdo a la orientación y la intensidad puede hacer que la situación se revierta”, explicó el licenciado en hidrografía del SHN.

Desde los puertos de guardavidas, la percepción es que “la gente entra al mar sin titubeos, sin pensarlo ni nada. Se meten”, cuenta el guardavidas Mestralet. “Incluso los días en que no hace calor, se meten”, insiste. De todos modos, para los guardavidas la temperatura del agua es un hecho que los tiene sin cuidado. “Nosotros no lo pensamos, cuando hay que entrar la adrenalina es tal que no te permite pensar en la temperatura”. En este verano de tantos bañistas (los números del ente municipal de turismo revelan récords de visitantes en diciembre y enero) el nivel de salvatajes se mantuvo en el orden de los últimos años, contó.

En cuanto su lectura desde el mangrullo, Mestralet entiende que al no haber rotado el viento se han mantenida buenas condiciones del clima y la temperatura del mar. Si las condiciones no cambian, febrero –según el SHN– puede tener temperaturas del agua más elevadas. El calentamiento es normal en febrero, cuando puede llegar a los 23 grados”, sostuvo Piola.

Portal de América - Fuente: www.clarin.com