"En los pasados días, reportes de prensa han dado cuenta de un aumento de crímenes, sobre todo robos colectivos (`arrastoes`) en los cuales grandes números de adolescentes han robado en áreas de playas como Leblon, Ipanema, Arpoador y Copacabana", señalaba el comunicado emitido por el Consulado de Estados Unidos a sus conciudadanos, turistas o residentes en Río de Janeiro.

Esta modalidad de asalto colectivo, conocida como los "arrastoes", sembró el pánico entre turistas y bañistas en general de las principales playas cariocas en los últimos días. Los delincuentes, en general adolescentes, se organizan en grupos numerosos que irrumpen en la playa y con violencia despojan a las víctimas. Alhajas y smartphones son, principalmente, el botín más buscado por los asaltantes. Al punto que el comunicado del consulado estadounidense recomienda a los viajeros que eviten utilizar sus dispositivos móviles en lugares públicos y abiertos.

Luego de obtener un botín, a veces a costa de agresiones, los asaltantes se replegaban a las favelas ubicadas en los cercanos morros.

Ante el recrudecimiento de estos ataques organizados, el Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE) de la Policía Militar de Río de Janeiro desplegó 600 efectivos en la franja costera. Pero además, un camión de la unidad policial equipado con cámaras de alta definición patrulla las playas y barre palmo a palmo las arenas en busca de delincuentes.

El fuerte contingente del BOPE fue destacado en una base instalada en Arpoador, un punto ubicado entre las playas de Copacabana, Ipanema, Leblon y la del mismo nombre.

Desde allí se monitorean las 14 cámaras de alta definición, con capacidad de "barrer" imágenes en 360 grados y con un alcance de ocho kilómetros.

Con estas medidas el gobierno de Río pretende abatir esta peligrosa modalidad delictiva, que si bien no es novedosa en la zona, parecía desterrada desde hacía tiempo. Las operaciones policiales a cargo de los efectivos militarizados tienen también como objetivo controles en los buses que circulan en el circuito turístico. El esquema se completa, precisamente, con un vehículo policial que se estaciona alternativamente frente a la cadena de playas, a efectos de que los turistas puedan realizar allí las denuncias por robo.

En las favelas

La violencia regresó a una de las favelas "pacificadas" por el plan de seguridad de la gobernación carioca.

Un grupo de supuestos narcotraficantes atacó con armas de guerra una base de la Policía Militarizada en una de las favelas donde el gobierno envió refuerzos y detuvo a 17 sospechosos. Los atacantes lanzaron morteros y realizaron varios disparos en la noche del lunes contra un puesto de la Unidad de la Policía Pacificadora (UPP) establecida en la favela Manguinhos, al norte de la ciudad, según la Agencia Estado.

Los vecinos vivieron momentos de pánico durante el ataque a la base policial de Manguinhos, que el lunes amaneció en un clima de tensión mientras era recorrida por patrullas policiales. En los últimos meses grupos de narcos reaparecieron en escena lanzando ataques contra las UPPs, en la zona norte, que costaron la vida de algunos agentes y causaron serios daños materiales.

Gerente de día y preso de noche

El abogado José Luis de Oliveira Lima presentó la autorización para que Dirceu pueda trabajar como gerente del Hotel St. Peter, de Brasilia, mientras cumple sentencia en régimen semiabierto, que le permite salir a trabajar durante el día y pasar la noche en prisión. La oficina de prensa del Supremo Tribunal Federal indicó que si bien el pedido fue protocolado, aún no había entrado en el sistema del tribunal, con lo cual no comenzó a ser considerado por los jueces.

Portal de América - Fuente: www.elpais.com.uy, en base a AFP, AP, ANSA