Para IATA, la situación que afectan a los aeropuertos de Chile va más allá de las obras en las terminales. Hay puntos importantes en el lado aire en lo que respecta a gestión óptima de la infraestructura y de los espacios aéreos, además de una ausencia de inversión de equipamientos en los aeropuertos secundarios.
“Es una problemática que estamos viviendo. Tenemos que mejorar la eficiencia y acelerar inversiones en calles de rodaje, sistemas y ayudas a la navegación aérea”, sentencia Peter Cerdá, vicepresidente de IATA para las Américas.
Para el gremio de las aerolíneas, la situación de los aeropuertos en las regiones de Chile se está volviendo compleja. Algunos recintos siguen sin tener una calle de rodaje paralela completa a la pista para generar eficiencias a la operación. Otros siguen teniendo un Sistema de Aterrizaje por Instrumentos (ILS) básico que no es apropiado para las condiciones meteorológicas que poseen.
La ausencia de un ILS CAT III en el aeropuerto de Puerto Montt es un ejemplo de falta de inversión por parte de los organismos públicos, en este caso, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Desde hace 10 años, las aerolíneas vienen pidiendo mejoras en este punto, pero todavía no llegan generando retrasos e incomodidades a los usuarios cada día en que existe mal tiempo.
Otro caso que preocupa es el de La Serena por la presencia constante de meteorología adversa que obliga a retrasar los vuelos. En paralelo, obras de conservación como en Valdivia obligan a suspender los vuelos porque no se ha construido en años una calle de rodaje paralela, realidad que también tiene Osorno e incluso el nuevo aeropuerto de La Araucanía de Temuco.
Situación en aeropuertos de regiones en Chile
Para IATA, los problemas de infraestructura en los aeropuertos se están convirtiendo en una limitante para el crecimiento de la aviación tanto en Chile como en el resto de Latinoamérica. El foco está en los aeropuertos de regiones que están teniendo un aumento más acelerado de pasajeros.
En Chile, hay aeropuertos como Calama, La Serena, Temuco, que concentran un gran volumen de pasajeros que saturan la terminal. Como resultado, la calidad de los servicios se ven afectadas. Si bien hay planes de mejora, las soluciones llegarán tarde para las necesidades actuales de los pasajeros.
Ante esta realidad, IATA insta a mejorar el diálogo y el intercambio de información entre las aerolíneas, los aeropuertos y, en especial, los organismos públicos. Bajo el modelo de Chile, es el Estado el mandante de las concesiones y quien decide las obras a realizar. Las concesionarias simplemente ejecutan y administran.
“Los aeropuertos están en crecimiento a un volumen muy rápido. La demanda está, pero lo que no está es la capacidad de la infraestructura. Eso lo tenemos que ir mejorando. Construir una terminal nueva, una pista no es un tema que se resuelve en meses. Son años de planificación y años de construcción”, agrega el vicepresidente de IATA para las Américas.
No es sólo infraestructura, es falta de eficiencia
Otro problema que presentan los aeropuertos es una falta generalizada de eficiencia en las operaciones como en el procesamiento de los pasajeros. Para las aerolíneas son puntos que son fáciles de abordar, pero que se necesita de la voluntad de los organismos públicos para concretarla.
En el aeropuerto de Santiago, las aerolíneas se preguntan por qué los aviones que aterrizan por una pista terminan estacionados cerca de la pista contraria, cuando ambas están activas. Los extensos tiempos de rodaje crean ineficiencias, así como también la falta de un orden adecuado para administrar las operaciones. La asignación de puertas es un tema que sigue estando pendiente.
En lo que respecta al procesamiento de pasajeros se presentan puntos ineficientes de la gestión por la ausencia de tecnología. Actualmente, ningún aeropuerto de Chile tiene un control automatizado para ingresar al filtro de seguridad y sala de embarque. El control de documentos y tarjeta de embarque sigue siendo manual y por parte de único funcionario de DGAC que debe atender a cientos de pasajeros simultáneamente.
Otro ejemplo ocurre con el control de redundante de documentación en el embarque internacional en Santiago. A diferencia de muchos aeropuertos, todos los pasajeros que ya pasan por el control de migraciones de la Policía de Investigaciones (PDI) vuelven a ser revisados antes de ingresar al filtro de seguridad. La falta de confianza y cooperación entre organismos públicos crea innecesarios “cuellos de botellas”.
El paso por migraciones en Santiago sigue siendo punto de conflicto. Las soluciones son parciales dado que las fallas en los tótems o kioscos de autoatención continúan. Además, un burocrático proceso que obliga al usuario a un control automático para terminar en un control manual.
“No se está aplicando de una manera eficiente la tecnología que está en nuestras manos para agilizar los procesos de embarque en Chile. El tema del control migratorio y de seguridad sigue siendo en mi opinión deficiente”, puntualiza Cerdá.
Aeropuerto de Santiago con alerta de saturación
A pesar de ser una infraestructura nueva, la terminal 2 del aeropuerto de Santiago comienza a mostrar alertas. La aglomeración de personas en el check-in y hall público a ciertas horas ya presenta signos de saturación que no debieran darse. Para IATA es un ejemplo de la falta de cooperación entre el sector público y privado.
“Tenemos un tema con todo lo relacionado con la facturación y el procesamiento de pasajeros. También hay aspectos relacionados con las maletas”, señala el vicepresidente de IATA para las Américas.
Cerdá pide utilizar la tecnología que está disponible para facilitar los procesos no hacerlos más engorrosos. En el aeropuerto de Santiago, las innovaciones que se presentan ya están obsoletas en otras partes del mundo. Sólo el proceso de check-in sigue siendo muy tradicional con una escasa utilización de kioscos.
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