Hagamos turismo de altura, a vista de pájaro, atravesando paisajes imponentes; dejemos el miedo al lado y mezámonos en el agradable bamboleo de una cabina acristalada mientras el mundo se despliega como un cuadro a nuestro alrededor; ¡conozcamos los teleféricos más espectaculares del mundo!
El mundo a vista de pájaro. Alamy
Teleférico de la Aiguille du Midi Chamonix-Mont-Blanc (Chamonix-Mont-Blanc, Francia)
¿Qué tal si empezamos por el de la imagen? Se trata del Teleférico de Chamonix, que, desde lo alto de sus 3.777 metros, ofrece una vista de 360° de los Alpes franceses, suizos e italianos. Imagina más de mil metros de vacío bajo tus pies, en una ‘caja’ acristalada por cinco lados...
Ida Pap / Alamy Stock Photo
Teleférico de La Paz-El Alto (Bolivia)
Los 30 kilómetros de trayecto que unen La Paz con El Alto (la ciudad de más de 30.000 habitantes situada a más altura del mundo) han logrado que el de Bolivia sea el teleférico más extenso del planeta.
Salvando una altitud que llega a los 4.000 metros, este medio de transporte de diez líneas que reduce atascos es, también, una atracción turística de primer nivel para sobrevolar la belleza boliviana.
Teleférico de Mérida. Alamy
Teleférico Mukumbari (Mérida, Venezuela)
El Mukumbari es el teleférico más alto del mundo (4.765 metros sobre el nivel del mar) y uno de los más largos del planeta gracias a sus 12,5 kilómetros de longitud. Estas imponentes cifras cubren un paisaje que va desde la ciudad de Mérida hasta la cima del pico Espejo, dentro del Parque Nacional Sierra Nevada, en los Andes venezolanos.
Table Mountain Aerial Cableway. Alamy
Table Mountain Aerial Cableway (Ciudad del Cabo, Sudáfrica)
Desde ¡1929! lleva operando esta ruta de teleférico , que alcanza la Montaña del Cabo, a 1.067 metros de altura. Sin embargo, las cabinas en las que podemos subir ahora no son las que había en la época, habiéndose añadido mejoras como los suelos giratorios. Así, la cabina gira suavemente sobre su propio eje, permitiéndote disfrutar de todos los ángulos de visión.
Suiza inaugura el teleférico tricable más alto del mundo. Zermatt Bergbahnen
Matterhorn Glacier Ride (Zermatt, Suiza)
El Matterhorn Glacier Ride no es un teleférico al uso; es un 3S, un sistema tricable, lo que significa que se sostiene sobre un cable tractor y dos cables portadores. Este tipo de teleféricos pueden alcanzar una capacidad de transporte de más de 5.000 personas por hora y una velocidad de siete metros por segundo.
En el universo de los 3S, el Matterhorn Glacier Ride, en Zermatt (Suiza) es el más alto: cubre los 3.940 metros de longitud que separan la estación de montaña Trockener Steg y la zona de esquí Matterhorn Glacier Paradise, en el Klein Matterhorn (a 3.883 metros sobre el nivel del mar) en nueve minutos.
Coche Crystal Ride del funicular Matterhorn Alpine Crossing. Zermatt Bergbahnen AG
Matterhorn Alpine Crossing (Italia-Suiza)
También de Zermatt parte otro legendario viaje en las alturas, recién inaugurado: el que lleva a cabo el Matterhorn Alpine Crossing entre Suiza e Italia rodeado de cristales Swarovski. Sí, como lo lees.
Gracias a este prodigio de la ingeniería (y la belleza), las poblaciones de Zermatt (Suiza) y Cervinia (Italia) se conectan por primera vez a través del funicular alpino que opera a más altura. Parte, precisamente, de la estación Matterhorn Glacier Paradise, a 3.882 metros, y llega a la de Testa Grigia, a 3.480. La escénica ruta rodea el Matterhorn, arrojando panorámicas inmejorables del imponente pico montañoso.
Las cabinas que cubren el trayecto de cuatro minutos han sido diseñadas por Pininfarina, con asientos de cuero con calefacción y ventanas panorámicas. Y, para aquellos que quieran un extra de lujo, el resplandor de los cristales Swarovski. Hablamos de las cabinas deluxe Crystal Ryde, que cuentan, además, con un suelo de cristal desde el que contemplar la belleza del valle.
Teleférico del Teide. Alamy
Teleférico del Teide (Tenerife, España)
"Vive la experiencia de volar sobre un tesoro geológico donde volcanes, cráteres y ríos de lava forman un impresionante conjunto de colores y formas únicos en el mundo", exhortan desde la página del Teleférico del Teide. Deberás hacerlo no solo para disfrutar de las alucinantes vistas, sino también para enrolarte en las espectaculares rutas a pie que parten desde su estación superior.
Teleférico de Masada. Alamy
Teleférico de Masada (Tamar, Israel)
La fortaleza de Masada, sede del Palacio del rey Herodes y Patrimonio de la Humanidad, se eleva 450 metros sobre el nivel del mar. Por ello, es accesible a través de un teleférico cuyas vistas, planas y ocres, no se parecen a ningunas otras, pues se extienden a lo largo y ancho de una imponente meseta de paredes escarpadas cerca del Mar Muerto, sobre el desierto de Judea.
Teleférico del Monte Hua. Alamy
Teleférico del Monte Hua (Shanxi, China)
El Monte Hua es una de las cinco montañas sagradas del taoísmo, y a su vez posee cinco picos que, dicen, se asemejan a los pétalos de la flor de loto. El teleférico te transportará hasta su cumbre norte, de 1.614 metros, ofreciéndote imágenes extraordinarias -y vertiginosas- de la zona.
Peak 2 Peak. Alamy
Peak 2 Peak (Colombia Británica, Canadá)
Otro Guinness: el Peak 2 Peak es el tramo sin soportes más largo del mundo, así que nada perturbará tu viaje de 4,5 kilómetros, que discurrirá cómodo entre las montañas Whistler y Blackcomb. Vistas de 360º de picos volcánicos, bosques y glaciares milenarios te harán compañía hasta que llegues a la cima, donde podrás emprender alguna de las muchas rutas de senderismo que ofrece la zona. ¡Algunas discurren entre altísimos muros de nieve!
Genting Skyway. Alamy
Genting Skyway (Pahang, Malasia)
¿Te imaginas recorrer la selva tropical como si volaras a bordo de un... dron? Es lo que puedes hacer en el Genting Skyway, el teleférico más largo y rápido del sudeste de Asia, a pesar de no ser muy extraordinario comparado con los que hemos visto: ¡no llega a los cuatro kilómetros de largo! Eso sí, sus vistas son únicas.
CabriOBahn. Alamy
CabriO-Bahn (Stans, Suiza)
El primer teleférico "descapotable" del mundo asciende los 1.900 metros del monte Stanserhorn y fue todo un reto creativo para ingenieros, arquitectos y constructores, que con él pretendían sustituir el antiguo transporte, levantado en 1893. Para seguir con la innovación y las panorámicas tras los seis minutos que dura el viaje, almuerza en el restaurante giratorio que hay en la cima de la montaña.
Whirlpool Aero Car. Alamy
Whirlpool Aero Car (Niágara, Canadá)
El Whirlpool Aero Car es un teleférico que te permitirá contemplar la belleza del río Niágara, sobrevolando sus famosos remolinos y rápidos. Dato curioso: fue diseñado por el español Leonardo Torres y Quevedo en 1916, y opera desde entonces, de ahí su aire retro y un poco circense. Además, te permite viajar al aire libre, pues está cerrado solo por la cubierta.
Teleférico de Tianmn. Alamy
Teleférico de Tianmén (Zhangjiajie, China)
Una de las formas más alucinantes de recorrer la espectacular montaña de Tianmén , conocida como "la puerta del cielo" es sobrevolando sus picos y valles en teleférico. Sus más de siete kilómetros, que harán las delicias de los amantes del vértigo, se inclina hasta 37 grados sobre los picos montañosos, alcanzando una altura total de 1.279 metros sobre el suelo.
Teleférico de Barrancas del Cobre. Alamy
Teleférico de Barrancas del Cobre (Chihuahua, México)
El extraordinario paisaje del parque de Barrancas del Cobre, en México, está jalonado por varias atracciones vertiginosas: la vía ferrata, la tirolina, los zipriders (una suerte de telesillas individuales) y un llamativo teleférico que te transporta hasta los miradores más impresionantes del lugar.
Teleférico de Linbana. Alamy
Teleférico de Linbana (Östräsk, Suecia)
El segundo teleférico más largo del mundo cubre una longitud de más de 15 kilómetros en unas dos horas, suficientes para que el viajero contemple la belleza y diversidad del paisaje sueco en sus bosques, arroyos y lagos... e incluso para que se sirva el tradicional almuerzo de jamón de reno con ensalada de patatas. Sin embargo, cuando fue inaugurado, en los años 40, el transporte poseía ¡96 kilómetros de largo! ¿La razón? Recorrerlos así era más rápido que construir carreteras para transportar los metales que se extraían de las minas en aquella época.
Portal de América - Fuente: Condé Nast Traveler