El producto de cruceros está afianzándose cada vez más y más en la sociedad española, y sobre todo, está creando una legión de fieles que hace que golpes mediáticos como el naufragio del buque de Carnival no afecte a su decisión de lanzarse a irse de crucero.

Los cruceros suponen una parte cada vez más notable en las ventas de las grandes redes de agencias de viajes, un hecho fruto de por un lado la caída de la cuota de ingresos que suponen los billetes de avión ante el auge de Internet, y por otro lado del aumento de clientes que repiten experiencia.

Una caída en las ventas del producto de cruceros tendría un efecto muy delicado para las grandes agencias, cuya facturación vacacional ha venido a concentrarse últimamente en los viajes en barco, el Imserso o paquetes familiares para visitar Disney en París.

El caso del naufragio del Costa Concordia parece estar muy relacionado a un error humano, o quizás mejor dicho, a una gran irresponsabilidad del capitán, por lo que el cliente final puede entender que la seguridad de este tipo de transporte está más que garantizada.

El efecto que sí puede tener el accidente del buque de Costa Cruceros es que de alguna forma se moderen los repuntes que este producto venían registrando en los últimos tiempos, aunque sea de forma mínima. Las agencias siguen confiando en los cruceros, como también continúan haciendo los cada vez más cruceristas españoles.

Desde esta tribuna me gustaría enviar mis condolencias a todos los allegados de las víctimas por el accidente del Costa Concordia.

Portal de América - Fuente: www.preferente.com