Me atrevo a criticar estas ultimas quejas por totalmente injustificadas e injustas. A lo largo de los años, he visto como la feria ha ido cambiando, ha ido reorientando su filosofía. Hay países que llegan y otros que se van. Pero será por culpa de la feria, o por culpa de unas ilusiones desmedidas. Una feria tiene una utilidad innegable, necesitamos todos encontrarnos una vez al año, aunque sea solo para saludarnos y confirmar que seguimos en la pelea. El famoso networking cobra cada día un mayor valor, y en eso las ferias son imprescindibles. Fitur no es la excepción. Ya he dicho en otras ocasiones que si Fitur no existiera, habría que inventarla.

Y sino como se justifica la fiebre ferial que ataca cíclicamente a muchas comunidades autónomas y hasta pequeños pueblos. Todos quieren copiar a Fitur, todos creen que los expositores disponen de inmensos presupuestos, pero pocos se toman el tiempo de evaluar el mercado y ofrecer cosas nuevas. Cualquier nuevo encuentro necesita en primer lugar, tener claro a que mercado desea dirigirse. Que vamos a propiciar?

Trataremos de facilitar al publico en general el conocimiento de nuevos destinos? Esto hoy ya es posible por muchas otras vías. El público no es tan neófito como era hace unos pocos años. Casi todo el mundo se ha subido en un avión, casi todo el mundo conoce algún país aparte del suyo de residencia. Y muchos ya están familiarizados con Internet y consiguen mucha más información de muchas fuentes distintas, que la que se puede presentar en un folleto, por grueso, completo o vistoso que sea. Esta opción de acercamiento al público puede ser válida, si se consigue atraer a viajeros interesados, convencidos de antemano en cuanto a los atractivos del destino. El stand servirá para el contacto humano directo, para aclarar dudas e informar sobre aspectos insólitos no conocidos.

Muchas otras ferias tratan de fomentar el contacto entre empresarios. Para ello tenemos que asegurarnos de que los empresarios conseguirán en la feria lo que buscan, lo que más necesitan: oportunidades. Este tipo de ferias tienen un enfoque y una preparación muy distinta. Los empresarios tienen que justificar cada minuto de su tiempo, y saben muy bien lo que les cuesta un viaje. No vienen para comer gratis, no vienen para recoger folletos y cargar con ellos de vuelta a su oficina.

Pero las ferias, y muy en especial FITUR en nuestro caso, son centros de contacto, de networking personal, de reencuentros y de intercambio de ideas. Por mi parte, cada año he vuelto de Fitur con la sensación de que algo nuevo ha llamado a las puertas de nuestro negocio, de nuestra empresa, o que hemos sido invitados a participar en oportunidades novedosas en la que ni siquiera habíamos soñado.

Nos veremos en Fitur, caiga quien caiga.

Portal de América - Fuente: www.boletin-turistico.com