La operación de Etihad y Air Berlin ha sido un ejemplo de cómo se debe fraguar y ejecutar un acuerdo. Contemplando sinergias, manteniendo la discreción y dándola a conocer una vez todos los flecos están atados, incluidos hasta la cuantía de los créditos.

La entrada en Air Berlin de Etihad es una fantástica noticia para España, donde la alemana transporta a millones de turistas cada año, y cuyas perspectivas para las temporadas venideras estaban en cuarentena ante los recortes de rutas que planeaba a causa de su elevada deuda y de las pérdidas operativas.

Además de un préstamo a 4 años de unos 200 millones de euros –su deuda es de 640 millones–, y de una inyección de capital de unos 73 millones, la sinergia entre ambas aerolíneas solo en el primer año oscilará entre 35 y 40 millones, según Air Berlin.

Una operación con este patrón sería la soñada para una aerolínea tan querida en España como Spanair. Pero lo suyo con Qatar no se concreta. Voces autorizadas en el sector dudan en privado–“¿Por qué no han entrado ya si tanto interés tienen?”–, y entre la banca de inversión apostada en Madrid hay más que dudas.

Está claro que son las aerolíneas de países emergentes las que mejor lo tienen para comprar Spanair. De fallar Qatar, en el Golfo solo quedaría Emirates, que lo último que hará será hacerse con otra aerolínea, al ir contra de su estilo de crecer desde dentro. Y de China, en el turismo español lo último que han llegado han sido cuentos chinos, o rollitos de primavera.

Por mucho que Spanair no reciba subvenciones, o ayudas públicas a fondo perdido, y sí créditos que tendrá que devolver, el duro hándicap que ahuyenta a inversores es la intención de los políticos de seguir teniendo cuota de mando. Como en las cajas de ahorro. Y queriendo un ‘hub’ en Barcelona –Madrid ya tiene difícil hacerse un hueco con la competencia de Heathrow, París y Fráncfort–.

¿Qué imagen se habrán llevado en Qatar quienes se han sentado con la delegación de políticos catalanes, que nada más tocar suelo en Barcelona han llamado a los dos periódicos de la ciudad a contarles que vienen los petrodólares a salvar su aerolínea? ¿Y al alcalde de la urbe advirtiendo al ‘nuevo socio’ que tendrá que abrir más el grifo una vez ya esté dentro?

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