por Lluís Mesalles, Boletín Turístico

De un lado, una "feria" que se iniciaba, en un entorno duro y poco conocedor del mundo del turismo. Algunos pocos empresarios con gran motivación e ilusiones, tratando de arrastrar (literalmente) a las autoridades locales a una apuesta decidida hacia el turismo. El esfuerzo contumaz y la inagotable  constancia de unos no consiguió levantar las expectativas del empresariado local, y de sus autoridades.


El turismo es un fenómeno que no se conocía localmente entre los lideres económicos. Y ello a pesar de que el destino dispone de un clima súper envidiable, y una colección de atractivos de talla mundial. Pareciera como si el turismo estuviera presente, a pesar de la ignorancia de la economía local. Una oportunidad desaprovechada. La posibilidad de posicionar el destino internacionalmente, la posibilidad de impactar al visitante internacional con las maravillas existentes, no fueron aprovechadas como podían haberlo sido. Habrá que esperar a la próxima edición  y dar una segunda oportunidad al destino, para que todo el sector aprecie las ingentes posibilidades que la feria tiene para el desarrollo de la ciudad y toda la  región.

Del otro lado, a los pocos días, la EIBTM volvió a demostrar su impactante fuerza, atrayendo a Barcelona los principales destinos del mundo, esforzándose todos por mostrar sus mejores galas para enamorar al visitante. Stands gigantescos y espectaculares, nutridos equipos de informadores en todos. Casi todo el mundo con corbata (ellos) y falda y medias (ellas). Los recuerdos y el material informativo de primera calidad y buen gusto. Los chefs exquisitamente uniformados y ofreciendo degustaciones de los mejores productos de cada país. Vistosas y bien documentadas conferencias de prensa con profusión de datos. Compradores de todo el mundo, siempre utilizando el inglés para sus contactos. Allí pudimos ver los últimos avances y proyectos para mejorar los destinos. Trenes de alta velocidad, nuevos y acogedores aeropuertos, vistosos proyectos de hoteles. Una feria imperdible y muy motivadora.


Después de vivir estas dos caras de un mismo negocio, solo puedo pensar que la primera feria tiene mucho espacio por mejorar y crecer. En cambio la segunda, solo tiene la opción de luchar a muerte y controlar a sus competidores. El camino es largo, el esfuerzo compartido por todos, la voluntad de éxito imprescindible.



Pero todas las ferias empezaron con un primer paso, como un bebe,
titubeante, pero muestra de una voluntad de caminar.
No es el momento de abandonar.
Adelante siempre, el éxito esta a la mano.

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