Es evidente que la empresa está transitando por el punto más bajo de uno de sus habituales ciclos de crisis. El problema es que cada vez es más difícil culpar de todos los males a la administración anterior. A tal punto que 24 horas después que Recalde expusiera sobre los “grandes logros de su gestión”, el ministro De Vido, que no simpatiza justamente con la agrupación política La Cámpora a la que pertenece el joven abogado, reconocía la crisis y esbozaba un plan presentado como un “relanzamiento de la compañía” y el inicio de un nuevo ciclo cuando ya comenzaba a resultar complicado explicar por qué en un contexto favorable a nivel regional la empresa sigue perdiendo U$S 2 millones por día.

Por lo pronto, aunque no con todas las letras, los funcionarios comienzan a reconocer que el subsidio este año podría estar cerca de los U$S 800 millones como insiste Aviación News desde marzo. El ministro reconoció que hay problemas gremiales graves, algo más que sabido, y que las grandes pérdidas de la empresa no están en los 13 o 14 destinos locales a los que vuelan solos sino en las rutas internacionales y en la ensalada de marcas y modelos de aviones que componen la flota.

Si todo esto lo sabían, ¿por qué no lo modificaron hasta ahora y por qué la nueva etapa va a ser exitosa a tal punto que las medidas “permitirán dar un salto de calidad”, como dijo De Vido, o “avanzar con la segunda etapa de mejora de Aerolíneas”, como afirmó Juan Pablo Schiavi, secretario de Transporte, si la gestión es la misma?

Portal de América - Fuente: www.aviacionnews.com