Sí, digo bien: no quiero un Ministerio de Turismo. Para España quiero un Gobierno de Turismo. Instaurar ahora un Ministerio de Turismo, que nunca existió como tal en nuestra historia -añado que afortunadamente- no vendría a resolver gran cosa por el hecho de que el turismo obtuviera el mismo rango protocolario –asiento en la misma mesa- que otros sectores. Es más, encerrar el turismo en un Ministerio sería un grave error conceptual, porque su actividad es transversal como ninguna otra. Todos, o casi todos, los Ministerios son, parcialmente, ministerios del turismo.

El Presidente del próximo Gobierno, el partido político que lo soporta y, también, por supuesto, el resto de los partidos que los fustiguen están obligados a entender y a valorar lo que supone que cuando en este año el desempleo total va a superar el 22%, en el sector turístico no va rebasar el 11,5%, y que mientras el PIB español terminará este año con un incremento liliputiense del 0,5%, el del sector habrá crecido un 5%.

Entiéndase de una vez por todas que es el turismo la tecla clave para revitalizar, directa e indirectamente, un empleo depauperado y el reactivador fundamental de nuestra economía maltrecha. Y en la tarea de desarrollar nuestro sector turístico debemos estar todos, sin exclusión. Aquí, en el turismo español, no tienen cabida las soflamas ideológicas, ni el clamor por políticas de género, ni reivindicaciones de igualdad, ni indignación contra la banca. Turismo somos todos para que todos podamos llegar a ser turistas. El turismo debe ser indiscutible e indiscutido. Y como el factor más valioso en este sector es el factor humano, en este proyecto común hay que contar desde la escuela hasta la universidad y desde la formación profesional hasta la investigación.

En consecuencia, el turismo es una tarea del Gobierno de España, que debe ser implementada, por delegación de atribuciones de su Presidente, por un Secretario de Estado que cuente con el respaldo pleno del Presidente del Gobierno y con la jerarquía personal y profesional necesaria para conseguir actuaciones eficaces en los dos escenarios en que debe desarrollar su actividad : en uno de ellos tienen lugar las actuaciones de seguro impacto turístico de buen número de Ministerios en materias de infraestructura, trabajo, cultura, sanidad, seguridad, educación, relaciones internacionales, medio ambiente, innovación, tecnología y comercio.

En el segundo escenario deberá amalgamar los guiones de diecisiete autores y las diecisiete visiones de “sus” turismos. El turismo, y temo que solamente el turismo, puede ayudar a que esas diecisiete visiones de la “res publica” que conviven en España puedan converger para hacer posible que el cubo de Rubik quede organizado.

Sí, yo quiero un Gobierno de Turismo.

Portal de América - Fuente: www.preferente.com