Entre tantos ejemplos válidos mencionamos el aeropuerto Jorge Chávez, de Lima, modelo de privatización a cargo del concesionario Lima Airport Partners,  elegido días atrás, por tercer año como el mejor de Sudamérica.  

En su momento el proyecto –largamente debatido- prácticamente tenía sanción parlamentaria de ley, sin embargo las trabas y presiones  puestas por gremios aeroportuarios congelaron la iniciativa.

A propósito, medios de prensa destacaron en los últimos días el poco nivel o formación profesional de algunos funcionarios de nuestro aeropuerto, devenidos en dirigentes gremiales, sin capacidad para los cargos que eventualmente deberían ejercer.

En momentos en que el transporte aéreo da un mayor impulso económico a Latinoamérica, nosotros tomamos el camino equivocado, cerrando las puertas a un proyecto que permitiría mejorar nuestra conectividad aérea con el mundo, vital para el desarrollo eficiente del país.

Algo que debería ser prioridad nacional por nuestra condición de país mediterráneo, queda postergado priorizando oscuros  intereses. Sencillamente lamentable.

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