Por G.C.

Para este año espera aumentar su número de pasajeros, y como buena low cost, las pérdidas en el primer semestre han sido consecuencia del alto porcentaje que el combustible representa en sus cuentas. Con estos mimbres, diferenciada de su entorno, su futuro a medio plazo parece halagüeño, habida cuenta también de los problemas de su competencia.

El presidente de Air Europa ha dicho literalmente que su aerolínea este año no va a ganar “ni un duro”. Spanair se juega gran parte de su futuro en encontrar un inversor de aquí a septiembre, según la Generalitat catalana. Y ninguna de estas dos cuenta con el paraguas de Iberia ni de British.

Vueling tiene un alto porcentaje de sus ventas a traves de la web, y cubre con acierto los otros canales comerciales con acuerdos de interconexión como los recientemente firmados con American, Lan o Avianca. Su arte radica en haber sabido sacar tajada de las debilidades de su entorno, de gigantes aéreos ineficientes en el medio y corto radio, y de una red de aeropuertos en España sobredimensionada, cuyas terminales más nuevas atraen a aerolíneas a golpe de subvención.

La compañía aérea que preside Josep Piqué ha ampliado su acuerdo para sustituir a Iberia en operaciones punto a punto entre Madrid y otras ciudades españolas. Mientras, los pilotos de Iberia y la dirección de la empresa no son capaces de llegar a un acuerdo sobre el convenio colectivo. Vueling se va asentando en su papel de la non nata Iberia Express. Y las costumbres se hacen leyes.

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