La crítica surgió en el programa Pasión de Tenfield, hablando de la noticia que no habrá más de 4.500 entradas para vender en Uruguay y que las mismas no se pondrán a la orden del público en general sino "para el microclima del fútbol", que está compuesto por dirigentes de clubes y unos cuantos "becados" que tienen carné de libre acceso.

De todos modos, el gran problema va a ser todo lo que va a ocurrir desde ahora hasta el domingo con este tema. Se dan todas las condicionantes para que en un ámbito tan especulativo como es el mercado negro (de lo que sea) en Argentina, las decenas de miles de entradas que existen para llenar el monumental, en algún lado están y es poco creíble que todas, estén en poder de argentinos y brasileños como se ha dicho.

Lamentable por donde se le mire, como muchos aspectos de la Copa, como por ejemplo el piso del Estadio Único de La Plata, el número de entradas otorgado a Uruguay contra Argentina y ahora, lo inconcebible, que a un finalista, se le asignen el mismo cupo de entradas que las otorgadas en cuartos de final.

Y habrá otro mamarracho más, luego de la piñata generalizada entre los jugadores guaraníes y venezolanos al final de su partido, seguramente no habrá suspendidos por la sencilla razón que en la Copa América no existe un Tribunal de Penas...

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