por Fernando Urrea

Sorprende esta actitud de convencimiento cuando en los dos últimos años muchas zonas han permanecido inmóviles, sin confianza, a la espera de que la solución venga de fuera con la evolución positiva de los mercados de demanda, cuando se ha comprobado que el sector turístico ha soportado la dificilísima situación económica y financiera con cierta dignidad y sin grandes quebrantos.

Ahora algunos se dan cuenta de que se ha perdido un tiempo precioso. En otro destino vacacional como Tenerife, Ashotel afirma con contundencia que es necesaria y urgente una transformación del sector turístico para ganar competitividad.

Y esa transformación pasa, como ha demostrado una encuesta efectuada entre clientes nacionales y extranjeros en Salou, por mejorar los aspectos que más valoran los turistas vacacionales, incluidos grupos de adultos y familias con niños: playa, entorno y descanso, que incluye hotel y ruidos.

O sea, que en tres puntos distantes y distintos en su idiosincrasia y en su oferta se aprecia que hay demanda de cambio, necesidad imperiosa de mejoras, voluntad de prepararse para cuando termine esta situación de debilidad económica.

Si se generalizara el deseo, si se utilizaran todos los recursos financieros, si empresarios e inversores concretaran en transformaciones de mejoras de calidad su convencimiento de la rentabilidad sostenible del turismo, el panorama cambiaría sustancialmente.

Mantenerse en el mercado por inercia, sin cambios, sin ilusión, es una condena a corto plazo.

Poprtal de América - fuente: www.preferente.com