por Fernando Urrea

El turismo ha aumentado en viajes interiores y al extranjero el mes pasado. Es cierto que la última oleada de la encuesta se refiere a abril y ha coincidido con el efecto Semana Santa, pero un aumento superior al 2 por ciento en el flujo interior y de casi el 12% en los viajes al extranjero indican que el mercado se mueve en positivo y ratifica que se consolida la corriente alcista del año pasado, temporada que acabó con un crecimiento del 5´8% respecto a 2009, que ese sí fue un mal ejercicio.

Pero no solamente ha sido abril y la Semana Santa, es que en el mes de enero también subieron los desplazamientos al exterior (4,5%) aunque decrecieron los internos. En el cómputo del primer cuatrimestre, el resultado es positivo se mire por donde se mire aunque agencias y mayoristas entiendan, con razón, que el movimiento no es suficiente para sus previsiones de negocio.

Puesto que el receptor está asegurado, las expectativas de turismo extranjero hacia España no hacen más que confirmar que va a ser una temporada excepcional, quizá convenga insistir en la estrategia de centrar esfuerzos en promoción interna. Aumentar en muy pocos puntos las pernoctaciones del turista español supondría redondear el ejercicio, y subir muy pocos puntos los viajes exteriores de los españoles supondría para los operadores entrar en la senda de la normalidad. No es voluntarismo, es lo que puede ser en función de lo que dicen los números.

Y estadísticas aparte, al turismo nacional hay que cuidarlo porque no está tan lejos el tiempo en que, después de despreciarlo, pasó a ser fundamental para equilibrar negocios. Puede que el turismo lo necesite el año que viene.

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