por Fernando Urrea

Ni tampoco el de la austeridad. El otro, sí. El de las competencias turísticas traspasadas a las comunidades autónomas tiene mayor calado porque ahí está la clave.

Si echamos un vistazo a los portales oficiales de las comunidades en Internet es fácil observar que en ninguno aparece la palabra España. Pero es que en algunas páginas de regiones nada sospechosas de nacionalismo separatista como las de Murcia o Madrid tienen como referencia localizadora la Península Ibérica.

España no existe. No existe turísticamente ni en la información ni en la promoción. Si Turespaña no estuviera ahí, la marca España estaría en trance de extinción en la opinión pública extranjera y en la memoria de millones de potenciales turistas que tienen que decidirse por un destino. Es lógico que cada comunidad venda lo suyo como si lo demás no existiera, pero también parece de sentido común que haya un organismo que, además de intentar promocionar el conjunto y la marca, tenga influencia en las decisiones de Gobierno que puedan beneficiar al conjunto del mundo turístico. A quién puede perjudicar que el representante de ese organismo se siente en la mesa del Consejo de Ministros con voz, voto y una cartera donde ponga con letras doradas Ministerio de Turismo. No creo en los ministros sin cartera.

Y gastos, los mínimos necesarios. Dicen los entendidos y ha quedado dicho también en el Congreso que de esta crisis se saldrá con educación, energías alternativas, innovación tecnológica y, desde ya, con turismo. Se supone que será bueno potenciar todo lo que beneficie al turismo, ministerio incluido.

fuente: preferente.com