En concreto, la magistrada considera que el almanaque ‘Las chicas de Ryanair’ así como la campaña de publicidad lanzada el año pasado bajo el lema ‘Tarifas al rojo vivo ¡Y la tripulación!’ emplea el cuerpo femenino como “parte captatoria” y “mero objeto” ya que existe una “absoluta desconexión” entre la imagen utilizada y el producto que se promociona.

La magistrada argumenta en la sentencia que la cuestión “no es si es para tanto o para tan poco, ni tampoco se trata de que se mantenga una postura machista, feminista, puritana o no”, sino que se debe dilucidar si la campaña difundida encuentra encaje en el artículo 3.a de la Ley General de Publicidad. De hecho, afirma que “no existe supuesto más claro en el que deba aplicarse la normativa”.

Señala la juez en su sentencia que aunque no duda de la “loable actitud caritativa” de Ryanair, “resulta obvio” que el almanaque “enmascara” una campaña de marketing de la compañía que “utiliza el cuerpo de la mujer como reclamo” para la venta de billetes.

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