por Jaime Amador

Yo comprendo que uno no pone en marcha un servicio ferroviario de estas características y sale a los medios de comunicación a decir que esto no tiene mucho futuro, pero en mi modesta opinión, este es un producto ridículo, incapaz de atraer más que a un puñado de personas con terror al avión. De lo contrario, es imposible explicarse qué se pretende. ¿Cómo pueden competir seis horas y 20 minutos y cien euros por trayecto, con el avión? Incluso contando con el desplazamiento desde el aeropuerto al centro de la ciudad, en mi opinión no hay rastro de competitividad entre el tren y el avión, al menos ahora, con estos tiempos de viaje y con estos precios.

Hemos de aclarar que una parte sustancial del trayecto no se hace a velocidad de AVE, porque en Francia van más despacio en esto de crear vías rápidas, porque para ellos son inversiones muy costosas (no como nosotros, porque no hay como ser ricos para lanzarse a gastar). También hay que recordar que si bien el viaje entre los destinos finales no es nada atractivo, sí lo es para los destinos intermedios, aunque no sean tan populares.

El tiempo dirá, pero desde luego se explica perfectamente que las compañías de aviación no estén preocupadas.

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