por Ronaldo Nazario*

Después de todo, Londres ha recibido inversiones por valor de más de U$S 32 mil millones. Mucha gente habla de la aceleración de proyectos de infraestructura para la poco  desarrollada zona este de la ciudad, y el orgullo de los ingleses por el rendimiento histórico de sus atletas.

Pero lo que me gustaría señalar es como los Juegos Olímpicos, para los londinenses, no terminó con el final de la competición. Para los residentes del este o al británico que vio cómo se ganaron 29 medallas de oro, Londres 2012 fue sólo el comienzo de lo que queda después de los días del evento, el ajetreo y el bullicio de los periodistas y la fiesta en las calles con banderas de todos los colores: el llamado legado.

Mirando a nuestro país, creo que tenemos que rever la idea de que la Copa del Mundo en Brasil es donde queremos llegar, el destino de la jornada. La Copa debe ser vista como nuestro punto de partida, una puerta que se abre y nos puede llevar a mejorar los aeropuertos, la infraestructura y la movilidad urbana en nuestras capitales, la comodidad de los aficionados en los estadios, el flujo y los servicios a los turistas ... Las inversiones realizadas por los gobiernos en estas áreas se encuentran en nuestro país, no se vuelven a Europa con la FIFA después del torneo.

Aún no somos el Brasil que queremos, pero vamos a estar más cerca si entendemos que el Mundial nos ayuda a acercarnos a esto, como lo demuestra los casi R$ 9.000 millones que se están invirtiendo en la movilidad urbana y los casi R$ 7.000  millones en los aeropuertos dentro de la matriz de las responsabilidades del gobierno. Esas inversiones son necesarias principalmente para la población brasileña. Lo que hace la Copa Mundial es anticipar o hacer que se hagan proyectos de infraestructura urgentes.

Debamos si, debatir aún por la financiación pública de los estadios, pero tenemos que poner en esa misma perspectiva de discusión el desarrollo y la modernización de los estadios brasileños, la calidad de la operación privada y especializada después de las finales programadas para la mayoría de ellos, la generación de 25.000 puestos de trabajo en la construcción de estos espacios y, lo más importante, los datos que cada real invertido en intervenciones relacionadas con la Copa Mundial, provocaron el movimiento de R$ 3,40 en la economía brasileña, según los estudios.

En menos de nueve meses, los más grandes futbolistas del mundo desembarcarán en Brasil. Los ojos de la prensa mundial estarán sobre nosotros por un mes. Recibiremos turistas que verán una gran fiesta en un hermoso país. La Copa del Mundo no es de la FIFA, del Comité Organizador Local o del gobierno. La Copa del Mundo 2014 es del Brasil.

Me gustaría ver crecer el sentimiento de propiedad de los brasileros por la Copa,  y que la gente se diese cuenta de lo que ese mega evento está trayendo al Brasil. Más empleo, más turismo, capacitación, mejores aeropuertos, estadios a la altura de nuestros logros dentro del campo y un país con su imagen internacional más consolidada. Imagínese después de la Copa Mundial.

* Ronaldo Nazario , de 37 años, ex jugador, miembro de la junta directiva del Comité Organizador Local (COL) de la Copa Mundial de la FIFA

Portal de América - Fuente: www1.folha.uol.com.br