por Fernando Urrea

Porque al contrario que en el grupo de Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, en Orizonia los empleados no han sido los últimos en cobrar, en paralelo a que se vaciaba la empresa.

Tanto es así, que hasta las nóminas de marzo podrían recibirse, incluso a pesar de que no había actividad en el grupo. Y en ello cabe reconocer el mérito de algunos  dirigentes sindicales, que con su proceder han dado empaque a la labor de sus organizaciones, en estos tiempos cuestionada por casos como el de los ERE en Andalucía.

Los trabajadores de Orizonia deberían dar todo el valor que se merece a quienes no solo les han defendido, sino  gracias a los que han podido cobrar su sueldo, que aunque fuera lo justo no es lo habitual, y por ejemplo no ocurrió así con Marsans.

En los últimos meses en el sector de las agencias han cobrado  protagonismo los sindicatos, tras las regulaciones de empleo, y han logrado concesiones y una representatividad impensable hace años, dando algo de lustre a las centrales más conocidas, que solo no pueden entrar en una casa.

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