por Álvaro Alcocer

Al consejero delegado de IAG le ha salido un aliado inesperado en esta batalla como ha sido paradójicamente un español, Joaquín Almunia, que desde su alta responsabilidad en Bruselas ha parado los pies al Ejecutivo español. Y además, el triunfo más importante para Walsh puede haber sido el de su OPA a Vueling, que pasaría a manos de IAG, por un precio que muchos consideran bajo. La CNMV ha autorizado la oferta, mientras el Gobierno ha criticado que en esta operación se margine a Iberia, que es la titular del 46 por ciento de las acciones de la low cost barcelonesa. Ni en el ERE, las huelgas, el mantenimiento de rutas, ni en Vueling ha sido capaz el Gobierno de hacer nada, sino más bien al contrario: ha subido las tasas en Barajas de forma desproporcionada, lo que ha disparado las pérdidas de Iberia y ha servido desde Londres como excusa para meter la tijera, y ha consentido que uno de los activos más preciados de Iberia como es Vueling también deje de serlo. Muchas batallas y un único vencedor.

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