por Caio Scavone

Los paraguayos tenemos en común la corta imaginación y creemos que el turista debe llegar desde larga distancia o ser extranjero. Yo puedo ser un turista cuando voy a las excelentes playas encarnacenas o, sin cruzar la frontera guaireña, al ir a las laderas del majestuoso cerro Tres Kandu en la misma cordillera del Ybytyruzú.

Muchos países tienen al turismo como principal fuente de ingreso, pero para eso tuvieron que quemar etapas y concebir la elegante manera de remover el bolsillo de la gente adinerada. Un tour europeo hace que la gente deje sus euros por casi toda Europa. El Brasil es destino de millones de seres, así como México. También existen otros muchos lugares que viven exclusivamente del turismo como Tahití y República Dominicana.

El turismo convencional consiste en viajar en avión o en auto a un lugar cerca o a países vecinos con fines exclusivos de conocer, descansar y relajarse. El turismo alternativo busca desarrollarse al aire libre y en sitios naturales de gran belleza. La gente busca relajarse haciendo senderismo, turismo de camping y el de ecoaventura con riesgo como escalar laderas, deportes acuáticos o matar el vicio con otras instancias de peligro y contingencias. El turismo rural comunitario (TRC) cobra adeptos y apunta a la oxigenación pura, preservar la fauna y la flora, probar la comida típica, andar a caballo, ofrecer sitios seguros con mínima comodidad y que el dinero quede en la región visitada.

Suerte que en el Paraguay no esté la Torre de Pisa, sino la enderezaban, o techaban el Coliseo Romano y ya veo los canales de desagüe para desagotar las aguas venecianas aunque no servimos ni para descargar el agua de lluvia. Si las pirámides egipcias de Keops, Kefren y Micerino se hubieran levantado en este país, todos los bloques de esas fastuosas obras milenarias estarían instalados como camineros en las casas de la perrada.

Dicen que viajar es aprender. ¿Será por eso que muchos de nuestros ahora honorables parlamentarios sin estudios universitarios saben tanto y de todo? Pise este país y conozca sus 3 únicas leyes no escritas pero que son las que tienen enorme validez y sustentan todo lo jurídico en el Paraguay: la ley del mbarete, del oparei y la del ñembotavy.

Si usted, turista, quiere conocer al paraguayo no se debe guiar por ninguna referencia. Acá no aguantamos a nuestros vecinos pero todo copiamos de ellos. Cuando viaje por nuestras rutas ni intente buscar un baño público, acá todo se hace de manera ecológica y en contacto con la naturaleza si es que los animales sueltos (vacunos y policía caminera) lo permiten. Aun así, se incrementó bastante el turismo receptivo en el Paraguay. Se estima que 3,5 millones de turistas pasarán este año y que unos 280 millones de dólares quedarán en el país gracias a la ministra Liz Cramer, su equipo y a la gente involucrada como la ayuda internacional, hoteleros, transportistas, la Fitpar y las agencias de viaje.

Acaba de inaugurarse un local denominado “Turista Róga” en el parque Guairá de Villarrica, levantado por la Gobernación del Guairá, la Aecid y la Senatur. Tener una casa para el turista es una inversión ya que tratar de averiguar alguna dirección en el Paraguay con la gente común es perderse aun más entre sus explicaciones. Bienvenido “Turista Róga”, con la aclaración que hasta puede ser casa de los parlamentarios que se pasan viajando.

Tanto ya hizo con tan poca plata esta excelente ministra por el turismo paraguayo que ya me extraña que no la hayan cambiado todavía.

Yo le cambio a Liz y le digo Luz, por lo mucho que tiene y le dio al Paraguay…

Portal de América - Fuente: www.abc.com.py