por Damián Argul

Este lugar que deslumbra a visitantes de todo el mundo es solo eso, no tiene lo museos de Nueva York, los monumentos de París, la historia de Roma. Menos los hoteles del Strip de Las Vegas, ni una bahía como la de Acapulco, el pintoresquismo de Bali ni el paisaje de Río. Tiene lo suyo, buen gusto, una elegante sencillez y sobre todo paz y tranquilidad, eso que hoy no se encuentra fácilmente.

Se dice que la base del turismo es buscar "siempre algo diferente" y sin duda lo es, por eso José Ignacio cautiva a todos los escritores de viaje que lo visitan. No es poca cosa y lo destacan entre los mayores atractivos de nuestro país.

El suplemento del New York Times, que le ha dedicado varios artículos y un "slide show", ha captado muy acertadamente ese intangible encanto de un pueblo "donde la gente esconde sus Ferraris". Por su parte Condé Nast Traveler (La verdad en Viajes) señala la sencillez de sus casas blanqueadas a la cal."

Introducir cambios en este perfecto equilibrio puede ser tremendamente peligroso. Son muchos los "paraísos" en el mundo, que han sido degradados, estropeados por la permisividad de las autoridades y la voracidad de sectores comerciales. Bastaría con preguntar a los responsables del turismo español.

En futbol se dice que "equipo que gana no se toca" y por ahora José Ignacio sigue ganando.

Portal de América - Fuente: Editorial Turística