por  Lluis Mesalles

Quisiera clasificar y detallar las diferentes topologías que he apreciado entre los miembros de esa raza.

- EMPRESARIOS. Personajes bien preparados y atentos al seguimiento de sus negocios en todo momento. Saben lo que cuesta conseguir un cliente, y más aun, lo que cuesta mantenerlo. Por ello mismo no desperdician ninguna oportunidad para promocionar sus productos, y de mantener a su equipo humano siempre fiel y satisfecho, a disposición del cliente y de la empresa.

- EMPRENDEDORES. Una raza de ilusos, iluminados y creadores de nuevas ideas. Por si solos raramente consiguen el triunfo económico con el que todos soñamos. Pero también es cierto que los emprendedores son esenciales para el funcionamiento exitoso de cualquier empresario, que busca básicamente la continuidad de su negocio,

- INTRUSOS. Una clase de personas, que normalmente sin suficiente preparación académica, cultural o estratégica, se meten en negocios imposibles. Si tienen suerte, sus negocios brillan fugazmente, pero empiezan a flaquear rápidamente, llevando al intruso y su orquesta al desastre y la ruina.

- INTREPIDOS. Otra clase de hombre de negocios que tiene un atrevimiento infinito y es capaz de arruinarse con repetición, arrastrando consigo a socios y empleados. Es conveniente evitarlo a menos que aporte abundantes recursos económicos propios con los que soportar sus aventuras.

- ENTROMETIDOS. Personas que piensan que hacer negocios es fácil. Piensan que son más listos que el mundo, y que la idea brillante que han tenido no la ha tenido nadie. El mundo es mucho menos listo de lo que parece, el mundo esta dormido, y ellos son los únicos que han apreciado la posibilidad. Normalmente su aparición en los mercados obliga a los empresarios serios a cambiar sus tácticas operativas con lo que contribuyen a deteriorar los mercados con su insensatez.

Hay muchas otras topologías de hombre de negocios que podríamos detallar aquí. Pero sirva esto como ejemplo, y para confirmar que el éxito viene siempre como fruto de una sólida preparación, de un criterio transparente y claro, de grandes dosis de esfuerzo y trabajo, y una buena cucharada de buena suerte.

A Dios rogando pero con el mazo dando.

Portal de América - Fuente: www.boletin-turistico.com