“Teniendo en cuenta que los estadounidenses dejaron de proporcionar materiales compuestos, pasamos a nuestros propios materiales”, dijo Serguéi Chémezov a las agencias rusas de prensa durante un foro en Abu Dabi.

Chémezov indicó que la producción en serie debería comenzar en 2020 y no a finales de 2019 como estaba previsto.

El MC-21, que llevó a cabo su primer vuelo de prueba en mayo de 2017, tenía que empezar a ser operativo a finales de 2018 pero sufrió un primer retraso.

Rusia quiere convertir este avión en el símbolo del renacimiento de su industria aeronáutica tras el caos de los años 1990, y competir con el Airbus A320 y el Boeing 737.

En enero, el constructor UAC, responsable del proyecto dentro de Rostec, anunció que los componentes estadounidenses serán sustituidos por productos rusos y aseguró que las sanciones no comprometen el proyecto.

Las sanciones que Estados Unidos impone desde septiembre a las empresas rusas que participan en el proyecto, como Aerocomposite, habrían provocado el fin de las entregas de algunas piezas estadounidenses para las alas del avión.

En 2011, Rusia puso en servicio el avión de transporte regional Superjet 100, el primer aparato civil concebido por la Rusia postsoviética pero tuvo un éxito limitado.

Portal de América - Fuente: Aviación al día