Algunos, incluso líderes en la actividad, ni siquiera disponen de institutos gubernamentales apropiados para su debida atención.

El Gobierno de Zapatero, acaba de suprimir la Secretaría de Estado de Turismo, convirtiéndola en Secretaría General.

Cristina Fernández, casi simultáneamente hizo  lo contrario, creando el Ministerio de Turismo y manteniendo con acierto en la máxima jerarquía del sector, al hasta entonces Secretario Enrique Meyer y ahora además, ha lanzado el decreto de organización de feriados, agregando nuevos y propiciando los fines semana largos.

La reimplantación del feriado de Carnaval, suspendido por una dictatura militar de gesto adusto (¿Lanusse, Onganía o Videla?, da  lo mismo) derivará en importantes cambios en la forma de vacacionar de muchos argentinos, algo a lo que deben estar muy atentos todos los destinos de la región.

No sólo los murguistas han  celebrado esta decisión, todas las organizaciones privadas de la industria y algunas provincias como Entre Ríos, la ven en forma muy positiva.

Pero no sólo éstas y otras importantes medidas  comenzaron recientemente, sino que se iniciaron desde un primer momento con el Gobierno de Néstor Kirchner.

Los Kirchner con su sola presencia posicionaron turísticamente la Patagonia y convirtieron a El Calafate en un atractivo que tiene hoy fama mundial.

Es que en este presente tan demandante y tan sujeto a la inmediatez, cualquier gesto cuenta.

Miremos por ejemplo como el Presidente Obama se sintió obligado con el turismo de la Florida y tuvo que  cambiar su nutrida agenda, para ir a darse un chapuzón en las Costa del Golfo. Un gesto que sirvió para demostrar que el derrame de petróleo no había afectado las aguas.

Es que si tomamos al “fútbol como metáfora de la vida”, se pede afirmar que con la tecnología actual, ya no se pueden hacer goles con la mano.

 

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