El estudio llevado adelante por la Flight Safety Foundation (FSF) -cuyo principal objetivo es brindar información imparcial, independiente y específica para la mejora de la seguridad en la aviación comercial e industria aeroespacial- coloca al año 2014 como el de menor cantidad de accidentes fatales en la historia, mientras se ubica en la 24a posición respecto al número de víctimas fatales.

Una decena de accidentes fueron protagonizados por aviones cargueros mientras que 8 de ellos involucraron a aeronaves de pasajeros.  El más catastrófico fue el vuelo MH17, un Boeing 777 de Malaysia Airlines que fuera derribado en Ucrania, con un saldo de casi 300 personas.  Esta estadística se basa en aquellos accidentes de aeronaves civiles con una capacidad mínima de 14 pasajeros. 

El número de accidentes aéreos viene decreciendo desde 1997 gracias a los esfuerzos en materia de seguridad aérea, liderados por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y su sistema de auditoría de seguridad operacional IOSA, la Fundación para la Seguridad Aérea (FSF) y las buenas prácticas operativas de las compañías aéreas que componen la industria.  La apuesta por la capacitación permanente, a través del CRM (Complete Resource Management) a todos los niveles de las organizaciones, en la que se estudia de manera particular el comportamiento humano, las amenazas, el error, las comunicaciones, y todo aquello que involucra al factor humano respecto a su accionar operativo.  Asimismo, la evolución hacia lo que se conoce como SMS (Safety Management System), mediante el cual se gestiona de manera integral la seguridad: esto es, se analizan los riesgos e identifican peligros mediante un sistema de reportes confidenciales que serán sometidos a un análisis de riesgo en base a una mirada interdisciplinaria, para la toma de decisiones tempranas en materia de seguridad.  De esta forma, las aerolíneas migran hacia una fase proactiva y predictiva de la gestión del riesgo, contribuyendo a la disminución de las fallas en el sistema de operaciones.

De acuerdo al estudio, el continente Africano, donde tuvo lugar el 43% de los accidentes fatales, apenas representa el 3% del tráfico aéreo mundial.  Este dato apunta a que debe prestarse mucha atención a las operaciones en aquella zona geográfica, de manera de contribuir a una rápida mejora de los estándares de seguridad operacional.  Asimismo, muestra que el mercado mundial se encuentra en una etapa madura de su gestión de seguridad, aunque, tratándose de vidas humanas, aún resta mucho por hacer.

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