Días pasados, luego de leer un artículo aparecido en un suplemento de un matutino de la capital, con una buena cuota de humor le enviamos un SMS al Doctor Cèsar Iroldi con el texto:”aparentemente seguís siendo el presidente de una cooperativa”.

También con muy buen humor pero quizás con mucho más paciencia y convicción, demostrando tener muy claras las metas establecidas, la respuesta no se hizo esperar y por la misma vía nos dijo: “es verdad, pero escribieron Alas Uruguay y no Alas U, vamos avanzando”.

El instrumento idóneo

Es inimaginable un país que pretende ser destino turístico sin aerolínea de referencia y ese es el lugar que viene a ocupar la empresa conformada por los extrabajadores de Pluna, propiedad de una sociedad anónima, con directorio designado y staff gerencial de primera línea comandado por el CEO Daniel Olmedo, Brigadier General Aviador retirado con vastísima experiencia en la aviación civil, al punto de haber sido nada menos que Director Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica y haberse integrado a la compañía dejando su cargo ejecutivo al frente de los aeropuertos privados peruanos.

Es en este momento en el que pocos (siendo generosos)se animarían a vaticinar nada, que decimos que Alas Uruguay viene a ocupar un vacío enorme generado por la desaparición de Pluna y emerge con un empujón financiero otorgado por un Poder Ejecutivo quizás con remordimientos por aquel desacierto, para convertirse de aquí en más en lo que los entendidos esperan que sea, el instrumento, la herramienta idónea para conectar, comunicar, servir, moderar, el tráfico aéreo en la región inmediata a nuestro país

No tenemos dudas que a menos que ocurra una hecatombe Alas Uruguay se desarrollará convenientemente y en pocos años estaremos ante la presencia de una grata realidad.

El traumático corte del cordón umbilical

Nos sentimos ética y moralmente habilitados para advertir esta vez públicamente, con el mismo tono y la misma intención que lo hemos hecho en privado a las autoridades de la novel compañía en relación a la difícil pero trascendente materia que es la comunicación.

Hay que hacerle saber a la opinión pública a través de los medios qué es, desde donde viene y hacia dónde va la nueva compañía. Con cuales elementos cuenta, cuál es su plan de negocios, los riesgos, las debilidades y las fortalezas que la caracterizan para generar la imprescindible coraza que deberá blindarla en la difícil etapa que comienza.

Si logran comunicar bien estos puntos cruciales, poco importará que algunos distraídos (en el mejor de los casos) la sigan tildando de cooperativa, de inviable, de capricho del presidente o todo aquello que le quieran endosar a Alas Uruguay, la que para nosotros (queda escrito) vino para quedarse y convertirse en una versión muy mejorada de la extinta Pluna, la cual no debió haber desaparecido, la que los formó a casi todos sus integrantes con rigor de excelencia.

Larga vida para Alas Uruguay. Como siempre, como lo hicimos desde la noche más oscura, seguiremos apoyando.

Aunque de aquí en más empecemos a divisar en la misma ruta a los nuevos arengadores, los mismos que hasta el presente habían guardado silencio en el mejor de los casos…

Generalmente, el diario del lunes lo hacemos primero, después lo leemos...

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