¿No resulta demencial ver el monstruo edilicio e el que se ha convertido Punta del Este y que la mayor parte del año esté vacía?.

Si la oferta de camas hoteleras apenas supera las 15 mil y el verano pasado, en la más alta época (15 de diciembre al 15 de enero) hubo casi un 30% de esa capacidad ociosa y si a ojo de buen cubero deducimos que esas 15 mil camas pueden resultar apenas un 6% de la oferta total de camas del balneario, ¿cuántas camas estuvieron vacías?.

Si al atractivo natural, el glamour y el prestigio de la marca Punta del Este le agregásemos el incomparable atractivo de ser puerto libre, además de ser en el futuro inmediato una plaza totalmente equipada para congresos y eventos, ¿se imaginan los beneficios?, se dan cuenta que dejaríamos de hablar de "la" temporada y que si nuestro principal recaudador de divisas en las condiciones paupérrimas en las que debe remar actualmente, así y todo aporta lo que aporta, ¿cuánto incidiría en el PIB de aquí en más?.

Claro, habria que darle una mano complementaria al buen amigo Insp. Mayor (R) Juan Balbis, para que desde la Jefatura de Policía de Maldonado logre sin problemas lo que es su permanente interés, la seguridad del área.

El muchacho que sabe dice en otro pasaje de su carta una gran verdad: "Sin transporte no hay turismo, hay que inventar hay que pensar, que no está en manos de pocos iluminados la solución, está en la cabeza de los que se atreven a innovar".

Y para innovar hay que conocer y en materia de transporte aéreo, en lugar de ideas locas como las que pululan y en reciente columna señaló nuestro compañero Alejandro Spera, habría que, luego de contratar el asesoramiento correspondiente por parte del Ministerio de Transporte y el de Turismo, establecer una estrategia de conquista del mercado paulista, el que por sí solo es más grande que toda la Argentina, por si no lo recuerdan, nuestro principal mercado emisor.

Pero para ello hay que tener claro que se deben cumplir dos acciones excluyentes:

1 - Enseñarles, recordarles, avisarles, sugerirles a los paulistas y al resto de sus connacionales adónde está Uruguay y por supuesto Punta del Este. Puede parecer una exageración pero una inmensa mayoría de los brasileños, a pesar de Maracaná, de Darío Pereyra, de Diego Lugano, Pedro Rocha e ainda mais, no saben donde estamos en el mapa y muchos, ni siquiera saben que somos un país vecino.

2 - Hay que tener en que traerlos. Hasta que empezó a deprimirse el destino por el efecto Argentina, de ese país regularmente ingresaban al nuestro por turismo alrededor de un millón de personas, el 0,025 de la población total. El guarismo de los brasileños es del 0,002 de su población total ya que son unos 400 mil anuales. Mientras no circule un tren bala desde Porto Alegre o San Pablo hacia el sur, deberemos seguir pensando en el transporte aéreo para los visitantes vacacionales y para transportar al resultante de una promoción correcta en Brasil, habría que recurrir a medidas innovadoras como dice nuestro amigo en su carta y claro, habría que habilitar a las aerolíneas que así lo deseen a operar rutas temporarias, fuera de sus mallas habituales poniendo foco en San Pablo-Montevideo.

En fin, escribimos este artículo sabiendo que es improbable que nos presten atención y a la vez, lamentando que no nos presten atención, especialmente al Muchacho que sabe.

Portal de América