El gobierno K ha significado todo aquello que alguna vez todos nos planteamos a la hora de evaluar los riesgos de la monodependencia de un mercado emisor predominante como ha sido siempre Argentina para Uruguay. Los daños colaterales de la política económica que ha sumido al vecino país en el caos en el que se encuentra han sido sensiblemente más nocivos para nosotros que las mentadas medidas restrictivas específicas que nos ha endosado Cristina desde el último trimestre de 2011.

La forma de funcionamiento que por años nos hemos dado al respecto, ha sufrido el natural desarrollo para bien y para mal y los cambios más notorios han sido invariablemente exógenos. Si la coyuntura para los eventuales visitantes era buena, Uruguay cosechaba resultados muy buenos y si las condicionantes mejoraban para ellos se convertían en excelentes para nosotros.

De esa forma, a lo largo de los años se fue cimentando una realidad engañosa que a pesar de habernos dado diversas muestras esporádicas y aleccionadoras en determinadas coyunturas, no las hemos acopiado como enseñanza y así nos va.

Nosotros creemos que el daño colateral K persistirá y sobrevivirá al actual gobierno argentino y quizás la influencia negativa se convierta en crónica.

Los exfidelizados clientes argentinos de la costa uruguaya han reiterado sus visitas a otros destinos, los han asimilado, se han adaptado y como antes lo hicieron acá, los han adoptado.

Estos datos de la realidad más la deficiente conectividad aérea con la región inmediata que tenemos, el encarecimiento del costo de vida nuestro y la pérdida de aquel insumo fundamental y distintivo que significaba la seguridad, colocan a nuestro Destino Turístico quizás en el peor contexto que jamás haya tenido.

Mientras ello ocurre, observamos a una actividad privada desarticulada, desmotivada y con una alarmante escasez de referentes, de líderes.

El panorama electoral, contrariamente a lo que eran las previsiones hasta las elecciones internas ha pasado a ser muy incierto y ello trae aparejado quizás el efecto negativo más importante: nadie está trabajando desde lo estatal para el futuro inmediato (mucho menos para el mediato) y si tomamos en cuenta que a pesar que desde aquí siempre hemos reclamado que cambiaran radicalmente las cosas y que fuera el sector privado quien debía tomar las riendas, era desde la gestión pública de donde bien o mal partían las directivas, las acciones y por ende la principal gestión.

Habrá que seguir pataleando para generar manteca y poder saltar.

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