El mundo no es predecible, las personas mucho menos aún… ¿entonces qué? ¿Cómo nos adaptamos a un mundo dinámico con la velocidad necesaria que nos permita acompañar?
¿o cómo anticiparnos?

Nos queda  la opción de seguir preparando la receta de la abuela, esa rica torta que gusta tanto…pero, vendrán a comerla siempre los mismos, añorando el mismo sabor que gusta pero ya no sorprende…mientras el resto del mundo probará otros sabores, olores y colores…exóticos, mixtos, sorprendentes, inesperados…en otra cocina.

Entonces ¿Por qué no preparamos galletitas?.

Una nueva receta:

¿Por qué no escuchamos a nuestros turistas en vez de solo hablarles? Y mejor aún ¿por qué no les preguntamos a los que aún no lo son? ¿Por qué no preparamos propuestas anticipadas, innovadoras, diferentes? ¿Por qué no llegamos a esos públicos ávidos de nuevas experiencias? ¿Por qué no les ponemos migas en el camino para que nos encuentren?...y sobre todo ¿por qué no nos preparamos para el que llega con esas expectativas?.

¿Parece difícil? ¿Es tan difícil cambiar la cabeza cuando la realidad está gritando que ese camino ya no existe más?.

Los modelos mentales nos indican erróneamente que solo debemos mejorar lo que tenemos y conocemos para tener éxito (sin definir los correctos parámetros y alcances de ese concepto).

Error, error, error…el turista hoy busca experiencia…busca algo que ni él sabe definir pero que nosotros debemos adivinar, ofrecer, seducir, invitar a…con ese olor a galletitas recién horneadas que nos llama e invita a entrar…o lo harán en otra panadería.

Necesitamos nuevas recetas.

Portal de América