En estos días se acaba de realizar el World Travel Market de Londres, acaparando las noticias de todos los medios especializados del mundo.

Es lógico que esto suceda con una feria que se realiza en la capital de un país gran emisor y receptivo de turismo, inventor del turismo tal cual hoy lo conocemos. Nos gusta recordar que en el siglo XIX, turista y británico eran, en Italia, sinónimos.

Pero el WTM no descansa en los laureles. Sabedor de los cambios que imponen los nuevos tiempos, las actividades paralelas son casi tan importantes como la feria misma y se retroalimentan.

Lanzamientos mundiales de novedosos productos, presentación de serios estudios sobre la actualidad, conferencias a cargo de especialistas sobre temas puntuales (no WIKI-Charlas),  seminarios, talleres, entrega de premios y reuniones simultáneas de autoridades del turismo a nivel oficial y privado,  así como una intensa actividad social.

Todo esto genera una convocatoria importante y posibilita el encuentro con las figuras preponderantes de la actividad, los tomadores  de decisiones.

Es una lección para los que organizan estos eventos, si es que quieren mantener su vigencia.

Los que apuestan a la asistencia a ellas, deben evaluar  muy bien su importancia, por más atractivos que sean los temas y  mercados en que se realizan.

Salir a vender es siempre importante y muchas experiencias indican que en las ferias siempre se obtienen contactos importantes, en u cóctel, en el viaje de ida o vuelta y hasta en el ascensor del hotel, si éste es elegido correctamente.

Es prioritario que no se someta a las autoridades oficiales a ese constante trajinar por el mundo, lo que además del sacrificio personal los aleja de la gestión diaria de un destino – país, región, ciudad – para lo cual sería ideal y muy efectivo contar con un equipo de vendedores, debidamente capacitado.

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