Como en muchos países de esta región, los cambios en la economía han sido bruscos y sorpresivos, causando grandes distorsiones, favoreciendo a unos y perjudicando a otros, como ha pasado, en ambos sentidos, con el turismo.

En Argentina (y en Venezuela*) estas prácticas continúan y todos los destinos turísticos de la región, especialmente los de cercanía, incluso los propios, están expectantes sobre lo que puede pasar en la próxima temporada.

Lo que todos saben es que el argentino es un pueblo viajero y lo demuestra  un reciente rumor sobre posibles ajustes cambiarios, que produjo un “boom” de ventas, especialmente a Brasil, Caribe y Miami.(Ámbito Financiero).

Esto quiere decir que son muchos los argentinos que pueden viajar, más allá de la debilidad de su moneda.

A poco más de 24 horas de las elecciones legislativas, es muy prematuro hablar de cambios significativos en la política cambiaria.

Mientras Marcó del Pont, Presidente del Banco  Central, adelanta que no habrá cambios, otros hablan del alejamiento del temido ministro Guillermo Moreno, se especula con un tipo de cambio entre 10 y 10.50, mientras algunos  vaticinan la vuelta al tipo de cambio libre, ya que no preocuparía lo que pase después del 2015.

No parece razonable continuar apostando exclusivamente a las medidas adoptadas para atraer al turismo argentino.

Una primera medida sería aumentar los atractivos turísticos de los destinos de playa, de manera de retener al cliente tradicional y atraer nuevos.

Concentrarse en la promoción en los mercados de cercanía, limitando al máximo los esfuerzos en mercados más lejanos que nunca sustituirán, en volumen, a los tradicionales.

Sería necesario también,  apoyar fuerte a los Tours Operadores argentinos, para incentivar la venta de paquetes  ya  que éstos todavía gozan de un tipo de cambio preferencial y amplios planes de financiación.

No hay mucho tiempo de hacer algo nuevo a dos meses de una temporada, por lo que solo podemos esperar, confiados, el próximo capítulo.

*En Venezuela la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo es del 600%, lo que a fomentado el llamado “turismo cambiario”, como por acá tenemos el “dólar Colonia”.

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