Cocretamente Kechichian afirmó que “las políticas de Estado, construidas en diálogo con los diferentes actores públicos y privados, son las que garantizan el desarrollo del turismo”.

La titular del MINTURD recordó que cadenas internacionales como Hyatt, Sofitel, Intercity y Hilton están construyendo instalaciones en Uruguay que se suman a las ya existentes, como el Radisson, Sheraton, NH, Enjoy y Four Points, entre otras. También manifestó que la oferta turística se ha desestacionalizado y descentralizado y mencionó planes de desarrollo turístico en Nuevo Berlín (Río Negro), Belén y Constitución (Salto) y Queguay (Paysandú).

La recurrente práctica de reiterar metas supuestamente alcanzadas, tiene muy buen efecto en estas circunstancias, dado que es improbable que muchos se tomen el trabajo de cotejar esos dichos y reflejarlos en un análisis editorial como en este caso.

Estamos en la etapa aún de destacar las obras que se están realizando en nuevos hoteles, "gracias" a la ley de inversiones.

Nadie se anima a pronunciarse acerca del ya admitido por todos, caos por exceso de oferta que habrá de sobrevenir cuando estén terminadas las habitaciones en construcción.

No se conocen lugares donde la gente común pueda ir a comprar servicios para llegar a disfrutar Belén, Constitución o Queguay. No sabemos de la existencia de paquetes en oferta a tales efectos, entonces no entendemos su mención, mientras que no se habla de  lo que está bastante olvidado y es la muy buena propuesta que han desarrollado esforzados emprendedores de turismo rural que apenas sobreviven debido a la falta del complemento imprescindible que brilla por su ausencia y es la efectiva política de turismo de naturaleza o agroturismo.

El Turismo Rural Comunitario en Quebrada de Laureles (Tacuarembó), los circuitos de senderismo en los alrededores de Melo, en Cerro Largo; el Valle del Lunarejo y Minas de Corrales en Rivera, son verdaderos ejemplos de lo que deberían ser destinos aptos para desestacionalizar el turismo pero curiosamente escaparon a la mención oficial

Cuando en muchas oportunidades hemos insisitido en afirmar que se ha trabajado mucho todo el tiempo, pero que de ninguna manera eso asegura la eficiencia, nos referimos a temas que en ocasiones pueden llegar a romper los ojos.

Cuando se habla de planes nacionales de turismo sostenible uno puede pensar que se trata de un plan maestro que además, regula las aisladas iniciativas de algún gobierno municipal o departamental y que puede llegar a impedir infructuosas acciones y por ende inversiones que de antemano, están condenadas a la instrascendencia o al fracaso.

El caso del Spa  construido en Almirón, sin otra infraestructura próxima y por el contrario, con un competidor cercano como el de Guichón es un caso típico de lo que decimos. En Montes del Queguay, futura área protegida no se ha hecho, además del Spa, nada por el turismo para turistas. Las únicas inversiones realizadas son de viviendas privadas

Recordemos que el turismo en las áreas protegidas sería una de las principales fuentes de financiación de nuestro nuevo Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP).

Mientras Brasil proyecta dar acceso a los turistas que irán por la Copa 2014 a todas sus aéreas protegidas por el desarrollo que el turismo de naturaleza ha tenido en el mundo, en Uruguay, la proyección realizada en un informe para el SNAP en 2005 (Barrenechea) daba que para el 2013 las áreas protegidas del sistema  tales como Esteros de Farrapos deberían tener un ingreso estimado de 100.000 dólares por visitas de turistas observadores de aves y 12.000 dólares por el pago de entradas en la del Valle del Lunarejo.

Vemos en la tabla adjunta que en Farrapos, si se hubiera llevado adelante una política de promoción turística conjunta y consensuada, estaría dando hoy en día 8.932 dólares de beneficio por ingresos; pero que el Lunarejo, a pesar de la misma, estaría en rojo en la cifra de 65.755 dólares.

En Rocha, donde en una guía de turismo publicada en 1952-1953 ya existían 13 excelentes circuitos y también en Maldonado, se han creado y vuelto a crear varias veces circuitos.

Cada tanto se han gastado cifras considerables en  folletería, en algunos casos costosísima, son folletos que terminan arrumbados en alguna estantería.

La Ruta del Arroz, el Arco del Sol son algunas muestras de lo que decimos y ni hablar de los horrores concretados en nombre del Ecoturismo en el Abra de Betete y Abra de Castellanos, Pasos Reales que fueron “adaptados” para el tránsito vehicular, mediante eficientes y modernas retroexcavadoras que aplanaron el monte nativo circundante.

En Uruguay pasamos muchas veces por ese turismo de papel, de desarrollo de proyectos que dan visibilidad política y que quedan ahí, sin más.

Habría que empezar a cuestionarse el porqué de tanto gasto desmedido en proyectos que vuelven a hacer lo que ya está hecho. Si la razón es la visibilidad política, la mala noticia es que apenas alguien se ocupe de estos casos, los mismos se vuelven boomerangs.

La política oficial es seguir trayendo consultores extranjeros, los cuales siguen regalando teoría muy alejada de la realidad de cada lugar.

La excusa que hemos escuchado es que no hay consultores locales.

El dato que podemos brindar es que ese es un concepto totalmente equivocado. En Uruguay, para los problemas sin resolver del turismo uruguayo, hay consultores y son excelentes, con mucha capacidad y probada experiencia.

El gran problema para quienes deberían contratarlos, tanto desde el Estado como desde el ámbito privado, es que son uruguayos...

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