Los aranceles o fees que cobraba Pluna por las maletas despachadas, tenían un doble cometido, la recaudación y la adecuación del uso de las limitadas bodegas de sus Bombardier.

El servicio a bordo, otrora decisivo a la hora de elegir una aerolínea, con el tiempo fue convirtiéndose en poco menos que el lujo de la miseria para las aerolíneas convencionales y en una carga cada vez más insoportable para sus finanzas.

Como se recordará, Pluna también innovó en este sentido y comenzó a cobrar por este servicio y a ofrecer también en sus vuelos, productos de entreport.

Esta actividad fue convirtiéndose en una nueva carga para el pasajero, en un acto poco simpático para los clientes pero de importantísimos ingresos para la empresa y para cada uno de los auxiliares de a bordo que veían crecer sus salarios con las comisiones por la venta.

La gran disyuntiva que se va a presentar en esta nueva etapa y que deberá encarar la nueva aerolínea uruguaya si o si, se presenta como una muy importante decisión, de cara a la nueva imagen y al plan de márquetin a llevar adelante.

El proyecto de viabilidad de los trabajadores  ha sido considerado por todos quienes tuvieron acceso a conocerlo, como un trabajo serio y realista. Los anuncios realizados en base a como será la conducción empresarial, que está previendo la contratación de expertos internacionales, habla de una actitud claramente inteligente y adecuada  a los tiempos.

Creemos que el mantenimiento de los ingresos auxiliares como el de equipajes y servicio a bordo, es algo que se impone, en concordancia con el resto del proyecto.

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