por Sergio Antonio Herrera, desde un tren de Renfe viajando a Madrid
Nos alojamos en La Malagueta , sobre Paseo de Sancha a unos 150 metros de la playa. Caminando, en 15 o 20 minutos estábamos en el centro, un taxi costaba menos de 5 euros y el único Uber que pedimos costó 6.
“En un día podrán ver todos los puntos de interés turístico”. Desconfiamos al principio pero terminamos aceptándolo ya que la fuerza de los hechos contundentemente lo confirmó.
La casa natal de Picasso por reformas estaba cerrada, allí a un lado de la Plaza de la Merced, pero en el opuesto, caminando unos pocos metros más llegamos al Museo Picasso, una visita obligada, reconfortante por lo que vimos pero con un dejo amargo ya que la obra a la que se le da más destaque de las allí expuestas, “Las señoritas de Avignon” es una réplica (el original está en el MoMA neoyorquino).
Los originales de Las tres Gracias y de Mosquetero con espada sí están y dan para admirarlos un buen rato.
Más allá de los gustos de cada quien respecto al cubismo, la recorrida da para confirmar que el genio construyó un personaje muy peculiar, que hizo lo que le vino en gana, que en su larga vida amorosa mantuvo el sello de picaflor y que fue único. Palabras más, palabras menos sostuvo que no perdía tiempo en regodearse en sus obras hechas sino que le entusiasmaban las que estaba por hacer. Y si mal no recordamos rambién dijo que no buscaba, que encontraba…
Capítulo aparte el Castillo de Gibralfaro, construido por los moros para defender la Alcazaba del asedio de los Reyes Católicos. Su particular construcción con doble muralla y ocho torreones da una perspectiva estupenda de que fue un bastión prácticamente inexpugnable.
Como todo buen destino turístico, Málaga se viste de gala en la noche y principalmente en los alrededores de la peatonal Larios, de la plaza del Obispo y “La manquita”,a los pies de la Alcazaba y en las inmediaciones del Muelle Uno y La Farola, a un lado del Parque Málaga, la propuesta gastronómica, plena de color, sabor y un toque musical inconfundible, confirma que llegar a este enclave es una gran elección.
Estamos partiendo de Málaga pero ya estamos imaginando el itinerario de un pronto retorno, Dios mediante.
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