Los bucólicos paisajes que rodean a Ischilín sacuden la modorra norteña para preparar la 12ª Fiesta de la Dulzura Criolla. La convocatoria entraña un desafío al visitante para disfrutar de la evocación de sumergirse en la época de la colonia a través de un pueblo rescatado tal cual fue en sus orígenes y por medio de los sabores criollos y costumbres tradicionales.

El sábado 4 y domingo 5 de junio desde las 11 y hasta el anochecer, aromas de empanadas y cabritos compartirán el espacio junto a artesanos regionales y paisanos que, desde siempre, hacen de la hospitalidad criolla una forma de vida.

Ischilín está a 124 kilómetros de Córdoba Capital y a 20 kilómetros de la ciudad de Deán Funes y se trata de un caserío que rodea a la vieja estancia que allá por 1640 surgiera como encomienda aborigen cedida por Jerónimo Luis de Cabrera a Miguel de Ardiles.

Tras años de olvido en 2000 fue rescatado todo ese asentamiento y restaurado por Carlos Fader, nieto del pintor Fernando Fader.

Tal como era entonces.

A poco más de una decena de años de la recuperación de todas las construcciones originales de Ischilín, el colosal algarrobo de 800 años sigue siendo el protagonista desde el centro de la Plaza de Armas, como lo fue en el tiempo en que ese era el centro de los acontecimientos civiles y militares de la región.

En torno a la plaza se encuentra la iglesia Nuestra Señora del Rosario cuya construcción se ubica entre 1706 y 1736. El templo cuenta con un púlpito tallado en estilo indoamericano y una sacristía barroca ornada con conmovedoras imágenes de la Virgen con el Niño y un antiguo Cristo Nazareno. La iglesia fue declarada Patrimonio Nacional.

Otras construcciones.

El pintoresco caserío consta de la escuela Fernando Fader de dos aulas y está equipada con bancos, escritorio, armarios y una campana de la época.

Del mismo modo completan la infraestructura colonial la Pulpería El Cometierra, con mostrador, mesas y objetos que recrean costumbres coloniales. Otras construcciones son el Juzgado de Paz, el rancho de Eleuteria y la vieja estafeta postal.

En esos pagos, de aires y clima bienhechores, el pintor Fernando Fader encontró el bálsamo para una salud esquiva a raíz de la tuberculosis que lo aquejaba. Además, en esos encantadores paisajes norteños halló la musa inspiradora de muchas de sus mejores obras.
Para quienes busquen prolongar la estadía, Ischilín ofrece La Rosada Casa de Campo con excelente infraestructura, servicios y decoración de buen gusto, ideal para reencontrarse con las energías perdidas en las preocupaciones de las grandes ciudades.

Lo que se debe saber

Cuándo: sábado 4 y domingo 5 de junio desde las 11 hasta el anochecer.

Dónde: En la Plaza de Armas de Ischilín.

Programa: revalorización de la empanada criolla con elección a cargo de un prestigioso jurado de la mejor empanada.
En el cierre de la feria se ofrecerá un homenaje a doña Teodora Villarruel, de la vecina localidad de Quilino, por su trabajo en arte plumario y en paja de trigo por haber mantenido intacta la técnica de los antepasados.
Participarán también con exposición y venta el Grupo de Artesanos Amigos del Norte Cordobés comprometidos con el patrimonio cultural.

Tarifas gastronómicas (Rancho El Algarrobo)
Locro porción, $ 15.
Empanadas, la docena $ 30.
Cabrito, la porción $ 45.
Estofado de cabrito, $ 35.
Chanfaina, porción $15.
Mollejitas al vino blanco, $ 25.
Asado a las llamas, $ 45.

Espectáculos: Danzas y actuación de grupos folklóricos contribuirán a poner el color a este encuentro tradicional que busca evocar las costumbristas reuniones del norte cordobés.

Informes: Teléfonos (03521) 156-30354 /             154-38393       y (03543) 156-01304.  E-mail:     Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Portal de América - Fuente: www.lavoz.com.ar