El nuevo propietario de TAP no podrá recurrir al despido colectivo durante un período de 30 meses siguientes a la privatización de la compañía aérea, según lo pactado entre el Gobierno portugués y los nueve sindicatos más representativos. También negoció el mantenimiento de los acuerdos firmados por TAP y los sindicatos firmantes durante los próximos tres años.

Hasta el presente, solo el grupo brasileño-colombiano del empresario Germán Efromovich, Synergy Group, mostró interés por la aerolínea, pero su oferta de unos 340 millones de euros fue rechazada por los órganos gubernamentales del país.

En tanto según Juan José Hidalgo, presidente de Globalia, grupo propietario de Air Europa, han desistido de comprar la aerolínea que el Gobierno de Portugal quiere privatizar porque no se puede comprar una empresa con tanto endeudamiento que no se pueda sanear y gestionar. Afirmó que "No podemos invertir y quedarnos esposados de pies y manos. Al no poder manejarnos con criterios privados hemos desistido".

Por otro lado, la situación empeora por  una huelga de pilotos convocada del 1 al 10 de mayo, convocada por el Sindicato de Aviación Civil luso (SPAC).  La protesta se producirá un mes antes de la presentación de ofertas de compra por la compañía, y según ésta, serán 70 millones de euros los que dejarán de ingresar si la protesta sigue adelante.

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