por Sergio Antonio Herrera, desde Punta del Este
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Enancados en el convencimiento de la transversalidad del turismo, todo tiene que ver con él y del mismo modo que la pandemia lo afectó quizás más que a ninguna otra actividad, la guerra viene sin pedir permiso, a asestarle el golpe de gracia.
En Uruguay hay grieta por la LUC (aunque se quiera negar); en Argentina por la culpa del acuerdo con el FMI; en Chile, a cuenta, por Boric y en Brasil para elegir al peor entre Bolsonaro y Lula.
Nos llamó la atención -para bien-, hoy temprano, el discurso de Pedro Sánchez desde La Moncloa, alineado con la UE y con Ucrania.
Vamos a reiterarnos en esta sugerencia: seleccionar las fuentes.
Con la importante cantidad de años vividos y con el know how del error guiando nuestro olfato, estamos de vuelta de epopeyas, de utopías y de fanatismos.
Para informarse hay que servirse de fuentes válidas, las cuales es imposible y no aconsejable recomendar, simplemente comunicar de que existen, que están probadas y que trascienden las épocas y están de ambos lados, no solamente de la grieta.
Mal que nos pese
Sin dejar de lamentarnos y de solidarizarnos con las comunidades directamente afectadas, siendo coherentes con nuestro pensamiento en el sentido de que el turismo es un negocio con fines de lucro, y también por añadidura, pasaporte de la paz y de la integración, llamamos a redoblar el esfuerzo, la imaginación y la creatividad.
Días atrás en la presentación de Ceres en Enjoy del documental Pueblo Soberano, Ignacio Munyo nos recordaba que solamente el 6% de la población mundial vive en Democracia plena similar a la de Uruguay, y ese dato sorprendió a más de uno en la mencionada instancia.
Si vamos a los números, el conflicto de referencia afecta directamente, siendo amplios, a menos del 0,04 de la población mundial situada en 7.900 millones de personas.
No obstante, la afectación no puede medirse tan simplemente contabilizando apenas personas, un evento de esta gravedad tiene daños colaterales innegables y hace volar el precio del crudo y desplomar las bolsas más relevantes, con la implicancia directa en las economías globales.
Las cadenas hoteleras, las diversas plataformas, las aerolíneas, los operadores turísticos, "saliendo" supuestamente del Covid, han venido anunciando la merma de sus plantillas laborales y de seguro, este conflicto incidirá para peor en el tema.
¿Egoísmo o realidad?
Puede tratarse en buen grado de egoísmo que se siga nuestra sugerencia, pero es un dato de la realidad que las repercusiones de más caída, desempleo, cancelaciones ya no de vuelos, sino de rutas y desaparición de transportadores aéreos, establecimientos hoteleros y operadores, afectará directa y dramáticamente a la industria en el resto del planeta.
No hay otra salida que aguzar el ingenio, sacar fuerzas desde donde sea y propiciar alianzas ya no solamente empresariales o sectoriales, estamos visualizando la imperiosa necesidad de -como nunca-, se concreten alianzas regionales a gran escala.
Sostengamos el turismo y con ello, el empleo, la generación de riqueza y nada menos que la dignidad personal y familiar de los buenos ciudadanos planetarios que aportan su esfuerzo y su conocimiento a esta singular actividad.
Portal de América