En esta gran industria desconocida que es el turismo, desconocida por quienes se sirven de ella en el plano político y también por quienes ¿la conducen? en el campo empresarial, esta época del año es muy especial. Máxime en el 2019, con elecciones en ambas márgenes del charco platense. Es época de ferias además, esos eventos en los que cada vez somos más los que coincidimos en que "ya no son lo que fueron", pero a los que se continúa asistiendo y puntualmente en esta FIT 2019 que culminase ayer, en La Rural de Palermo, Uruguay "tiró la casa por la ventana" con un show del Negro Rada , que tuvo de "telonera" nada menos que a Julieta Venegas y a la multitudinaria audiencia mimada con exquisiteces autóctonas, regadas por buenos vinos. Acostumbrados a remar contracorriente, seguimos sosteniendo como siempre, que el dinero peor gastado -a los simples efectos del resultado de la inversión-, es el de la promoción en Argentina, para que los argentinos viajen a Uruguay. Si las condicionantes están dadas, es decir, tranquilidad financiera y política en el principal mercado emisor (por las dudas, Argentina), cambio favorable y buen clima, para que el Este uruguayo no sea invadido por argentinos y se agoten hasta las casillas de madera (¿hay?), habría que poner puertas blindadas en puertos, aeropuertos y puentes. Y que si por el contrario, las cosas son como son ahora en Argentina, aunque se tire la casa por la ventana como es el caso y compremos la tapa o el auspicio exclusivo de todos los medios de comunicación de ese país, van a venir los que no fallan nunca, los propietarios, a quienes se les escuchará preguntar si la canasta turística ampliada incluye Johnnie Azul y salmón y sus compatriotas, los del montón, la clase media, la que mueve la aguja de los relojes de nuestro turismo receptivo, se quedará a elegir si llega a Gessel, Pinamar o Mardel, o se conforma con las piletas metropolitanas o el aire de la costanera.

 

 

"Yo no fui", decía en la escuela o en mi casa cuando me acusaban de haber hecho algo -que seguramente había hecho- y ahora, si me preguntasen si fui al Radisson el 27/9 a "celebrar" el DMT 2019, Día Mundial del Turismo (evento que puse en el calendario en 2008), o a la FIT, a la que he ido regularmente muchos años, aunque la misma conjugación señale diferencias, respondería el mismo "yo no fui".

Y no fuimos porque fue nuestra forma de protesta aunque seamos muy pocos los que la entendamos.

No fuimos el 27/9 porque no teníamos ganas de celebrar nada y nos sentíamos con ganas de debatir. Y si hubiésemos ido a debatir al Radisson, seguramente nuestra imagen habría sido bastante afectada, máxime si hubiésemos estado allí cuando en ese evento -que lo pensamos para la afirmación de la identidad de los hombres del turismo, los que lo sostenemos siempre, gobierne quien gobierne-, la estrella pasó a ser la ministro al anunciar cosas lindas a pocos días de las elecciones.

Y no fuimos el finde pasado a Buenos Aires porque no queríamos ver lo que pasó, una gran apuesta proselitista, supestamente pensada para los de allá pero con notorias connotaciones para los de acá.

Vimos en un tweet que habían viajado cincuenta periodistas, hoy miércoles acabamos de darnos una vuelta por Google y solo vimos noticias de medios del exterior y de páginas oficiales locales.

Pero este jueves 10 sí, iremos al Radisson. Nos autoinvitamos (posteriormente Gabriel Andrade con su habitual gentileza, nos invitó oficialmente) porque en un desayuno, los referentes del turismo de cada partido político presentarán sus propuestas. Y este tipo de instancia la hemos reclamado siempre. Deberíamos acostumbrarnos a juntarnos más veces en el año, a vernos las caras, a discutir nuestras diferencias y a desarrollar nuestras coincidencias. Esperemos que se pueda preguntar, que se pueda dialogar, cuestionar o expresar la aprobación -que sería lo más grato- y que no ocurra lo que habitualmente, que nos muestren el reloj.

Como reflexión final de este artículo, permítannos decir nuestra sorpresa ante la nula reacción generalizada ante lo que publicamos la pasada jornada, respecto a la interpretación de los colegas argentinos, de los anuncios uruguayos en la FIT: IRPF de alquileres de temporada: ¿el ruido uruguayo producido en la FIT confundió a los colegas de La Nación?

Como se acostumbra en las redes: eso, lo queríamos decir...