por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

Por ello me tomé mi tiempo para leer y analizar tanto el Plan Nacional de Turismo Sostenible, como las medidas de adaptación y mitigación del sector al Cambio Climático. Y en general quedé satisfecho con los contenidos.

En el Plan, me encontré un diagnóstico detallado pero sucinto de la actividad turística, señalando tanto sus debilidades como fortalezas. Y en este punto la primera sorpresa (no es el primer diagnóstico que leo, por ello puedo opinar), pues las debilidades son descriptas sin tapujos, transformando este hecho en una fortaleza del diagnóstico.

A partir de este diagnóstico, se trazan cinco líneas estratégicas con un horizonte 2020. También en este punto, todas las medidas sugeridas son compartibles. Como el Plan data de mediados de 2009, ya ha transcurrido un quinto del período de vigencia, por lo que habrá que sentarse a evaluar cómo y qué tanto se avanzó en cada medida, y si los resultados son los esperados.

Luego pasamos al documento que contiene las medidas de adaptación y mitigación. Tanto los impactos (directos e indirectos) del cambio climático en el turismo, como la contribución del turismo al cambio climático son muy genéricos, basados en la bibliografía existente, y por lo tanto compartibles. Es muy importante que al Identificar las amenazas en la costa uruguaya, sean enumeradas para cada sector tanto las provenientes del cambio climático como las causadas por el hombre.

Al describir lo que es un proceso de adaptación, y establecer los elementos esenciales del mismo, también son genéricos y compartibles. En cuanto a las medidas concretas para cada tipo de adaptación alli enumeradas,  como el documento es de ahora, habrá que ver en qué medida cada uno puede colaborar en su implementación.

De los ejemplos que se dan referidos a medidas de adaptación, hay uno que corresponde a nuestro país, y es el relativo a la restauración de dunas y construcción de obras blandas en la Costa Atlántica y del Río de la Plata. En este marco se busca mejorar las capacidades de las autoridades locales para implementar dichas acciones,
la educación de residentes y turistas acerca del cuidado y uso sustentable de los ecosistemas costeros, y la cooperación con las autoridades durante los esfuerzos de implementación de los proyectos demostrativos.

El ejemplo es muy bueno y se están obteniendo los resultados esperados a través de las medidas aplicadas. Pero la erosión costera a causa de los fenómenos meteorológicos siempre existió, más allá que el cambio climático puede acelerarla. Hay algunos lugares de la costa donde hace años se han implementado obras de contención. Lo que sucede es que el avance no planificado de las construcciones sobre áreas de alta vulnerabilidad, hoy hacen más evidente el proceso de erosión. En este caso la culpa no es toda del cambio climático, sino sólo una ínfima parte, y el gran responsable es el hombre. Y no siempre está dispuesto a aceptarlo.

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