por Eliseo Sequeira, desde Montevideo, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Desde el inicio de la pandemia, hemos realizado un seguimiento de los casos (infectados, críticos, muertos), y cuando comenzó, de la vacunación, empleando para ello unos pocos sitios web que brindaban seguridad y continuidad de la información.
En todos los países, los resultados epidemiológicos han sido muy disímiles, y dependieron de la combinación de las medidas gubernamentales establecidas con el comportamiento de las poblaciones afectadas. Al aparecer las vacunas, apareció un nuevo elemento para determinar los resultados, que no sólo pasó por la facilidad/dificultad de acceso a las dosis vacunales necesarias, fundamentalmente debido a las "negociaciones" con los laboratorios, los altos precios y la baja disponibilidad, sino que incidió la capacidad logística para efectuar una vacunación masiva, y la eclosión de fuertes actitudes/movimientos antivacunas, que hoy lamentablemente se manifiestan es las diferentes morbilidades/mortalidades entre poblaciones vacunadas y no vacunadas.
Volviendo a las "calificaciones sanitarias", Uruguay acaba de dejar sin efecto la "emergencia sanitaria" instalada desde el principio de la pandemia, en base a una estricta valoración de la situación epidemiológica del país. Con una población con poco más del 80% con vacunación completa, y el 63% con dosis de refuerzo, habiéndose comenzado a aplicar un nuevo refuerzo o cuarta dosis, y con el número de infectados, en cuidados intensivos y muertes en descenso por décima semana consecutiva después de haber alcanzado el pico de la segunda ola, la decesión parace muy bien fundada.
La sorpresa de las "calificaciones sanitarias" del Departamento de Estado de los EE.UU.
Frente a este panorama, nos resultó sorpresivo enterarnos por varias fuentes que el Departamento de Estado de los EE.UU. acaba de actualizar sus alertas de viaje, y en el caso de Sudamérica, que hasta mediados de marzo se mantenía con bandera roja (no viajar), ahora sólo quedaron en ese nivel de alerta Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, entanto Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú pasaron a nivel naranja (reconsidere su viaje).
Al recurrir a las fuentes web empleadas para el seguimiento, nos encontramos con fuertes contradicciones en los datos, que ponen una gran sombra en los criterios empleados para la "calificación" estadounidense. Sin entrar en detalle, basta decir que tanto Argentina como Uruguay tienen proporcionalmente menos infectados y en cuidados intensivos que Bolivia, Ecuador y Perú, y están varios puntos porcentuales por encima en cuanto a totalmente vacunados y con dosis de refuerzo.
Para abundar, una imagen vale más que mil palabras. A continuación el mapa de riesgo del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades de la semana 12. Si vemos los colores y comparamos con los de EE.UU., la coincidencia sólo es parcial. Pero en ambos casos pareciera que la percepción desde el exterior no coincide con la situación de los países sudamericanos.
Esta pandemia desnudó muchas falencias y contradicciones, dejando mal parados a casi todo el mundo, organizaciones, gobiernos y poblaciones, unos más que otros. Seguimos diciendo que no volveremos a "la normalidad", sólo podemos intentar adaptarnos a una nueva realidad que probablemente debamos enfrentar despojándonos de viejos paradigmas.
Portal de América