por Ricardo Montenegro, desde Colonia del Sacramento

Un hombre presentó un recurso de amparo ante la justicia argentina, al negarle la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP, nuestra DGI) el permiso para la compra de dólares.

No sólo se quedó ahí, sino que señaló que no califica ni para adquirir siquiera 10 unidades de esa moneda; le impiden comprar y además le toman el pelo...

Esto es otro síntoma de la presión del país de al lado para evitar todo gasto en el extranjero, sobre todo a aquellos países de cancillerías de corte naif que hacen firman tratados para intercambiar información tributaria, patrimonial o financiera de sus ciudadanos.

Lo bueno (¿o al revés?) es que según dicen, no están en crisis.

Al mismo tiempo y como demostración de la aplicación de la política del “me importa un bledo”, se supo que el feroz vocero de Cristina Fernández, también Fernández, pero Aníbal, ahorraba en dólares y lo justificó diciendo que con su plata de él hacía lo que quería y sólo los vendería cuando no perdiera...

Lo dijo después de decirle a la gente que dejaran de pensar en dólares y lo hicieran en pesos.

Cinismo cien por cien: a un ciudadano le tomaron el pelo y Fernández le hizo lo mismo a millones.

Casi a la vez, de este lado del río, muchos turistas no pudieron pagar sus cuentas con tarjetas de crédito emitidas por bancos argentinos, a pesar de la autorización para viajar.

Sin embargo, dicen que se está manejando todo bien y que no hay recesión ni crisis.

La prueba de las buenas relaciones entre nuestros países y la confianza vernácula se verá en las vacaciones de julio; si son un fiasco, ¡que no nos echen la culpa a los periodistas!

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