por Paula Castejón, desde España, especial para el PDA

La dirección de Abercrombie afirmaba: “estamos realmente preocupados porque la asociación entre Mr. Sorrentino y nuestra marca pueda dañar nuestra imagen. Hemosofrecido un pago sustancial al actor y a los productores de Jersey Shore para que el actor utilice una marca diferente.”

¿Conoces algún caso similar en el sector hotelero?

En sus orígenes el Hotel Ritz de Madrid seleccionaba cuidadosamente quién podía alojarse y quién no en sus instalaciones.Así, tenían un código interno para referirse a los clientes NTR (no tipo Ritz) que solían coincidir con personas relacionadas con el mundo del espectáculo. Como anécdota, el actor James Stewart tuvo que realizar su reserva en el hotel utilizando su cargo militar “Brigadier General James Stewart” y no como actor de Hollywood.

Este caso de Abercrombie me lleva a la siguiente reflexión:

Los famosos, celebrities, personalidades….que se alojan en un hotel, ¿su imagen coincide siempre con los valores que quiere transmitir la marca hotelera? ¿Hasta qué punto es rentable tener alojado a ciertos personajes? ¿Nuestro público objetivo, es sensible a un famoso que no coincida con los valores de la enseña?.

¿Qué supone alojar a una personalidad en un hotel?.

Repercusión mediática. La prensa, siempre pendiente de la personalidad, difunde documentación gráfica y audiovisual. Entrada y salida del hotel.Incluso se atreverá a especular sobre porqué ha elegido este hotel y no este otro. Hablarán de las instalaciones, los valores añadidos, y otros famosos que ya previamente se alojaron. El valor económico de estar en prensa a través de una noticia, y no como publicidad, es muy, muy alto. Esta es una razón de gran peso para la mayoría de los hoteleros.

Asociación de imagen vitalicia. Siempre quedará en la mente del público general que este ha sido el hotel elegido por cierta personalidad para alojarse. (Seguro que te recuerdas la visita de Michelle Obama a España alojada en Villa Padierna).


Es en esta asociación de la imagen y reputación del famoso en cuestión con la de la marca hotelera donde pueden entrar en conflicto los valores de la segunda.

No es una cuestión para decidir ligeramente. Hay  que sopesarlo detenidamente y plantearse preguntas.

Siéntete por un momento como un inspector policial que comienza un caso. Analiza.

¿Qué imagen proyecta esta personalidad?

¿En que otros hoteles se ha alojado cuando ha estado en otrasciudades o países? ¿Son establecimientos similares en cuanto a valores?

¿Ha creadoalgunasituaciónconflictiva o ha sidoprotagonista de algúnescándalo o incidente en el hotel?

¿Cómo trató la prensa a estos otros hoteles cuando se alojó?

Es obvio que alojar a una celebrity es muy tentador.Te permite que tu hotel esté en el ojo del huracán y en boca de todos durante su estancia. Si dispones de un buen producto, lograrás un efecto multiplicador. Si este personaje coincide con tus valores y según su relevancia te puede ayudar mucho, muchísimo en tu posicionamiento.

En el caso de que el balance de esta reflexión sea negativo y decidas que por la no coincidencia con los valores de tu marca no serás anfitrión de este personaje, no te arrepentirás. Te habrás reafirmado en tu producto y en tu posicionamiento.Ten por seguro que tendrás oportunidad más adelante de alojar a alguien coincidente con tus valores. Eso sí, esfuérzate por su captación si sabes que van a visitar tu país, tu ciudad.

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